Apple se ha tomado su tiempo para subirse al carro de las inteligencias artificiales generativas para hacerlo bien, como han venido repitiendo una y otra vez en los últimos dos años. Teniendo en cuenta que los móviles y computadoras de la compañía tienen una NPU desde hace años, casi todas las novedades funcionarán en equipos que tengan un procesador serie M, como los Mac e iPad, o un A17 Pro del iPhone 15 Pro. Al menos si se quiere ejecutarlos localmente.
Las novedades se concentran en una característica llamada Intelligence porque eso de pensar nombres que no sean descriptivos lleva más de dos segundos y no les da las neuronas para más en las compañías anglosajonas. O sea, la característica se llama Apple Intelligence, «Inteligencia de Manzana», si se añade al propietario de la misma. Dentro de un mes habrá un Samsung Intelligence y un Google Intelligence. Lo cual es terrible.
Aunque Intelligence se ejecuta localmente para maximizar la privacidad y la seguridad de la información, la compañía dará la opción de enganchar con alguna IA generativa, la de Apple o la de terceros, a través de internet. Esto es totalmente opcional; esa comunicación con el exterior no está «profundamente integrada» en el sistema operativo, sino que es una característica normal y corriente. Lo mismo puede conectar con GPT-4o que con Gemini, según quiera el usuario, aunque inicialmente para la conexión exterior a un tercero solo estará disponible la opción de OpenAI —la gratuita y la de pago con sus características avanzadas—. Apple promete que no se proporcionará la IP y otra información sensible, y que los resultados no serán guardados por OpenAI.
Apple aportará su propia inteligencia artificial generativa —computación en nube privada, en inglés Private Cloud Compute— en internet que no almacenará información del usuario y que se podrá auditar por terceros por si alguien no está convencido de ello. Los expertos que tengan curiosidad podrán acceder hasta al código de los servidores de esta computación en nube privada que se ejecuta sobre procesadores de Apple. Si el sistema, generalmente Siri que es a través de quien se realizarán las solicitudes, estima que la consulta supera la capacidad de computación del dispositivo, se recurrirá a esa red de computación privada para obtener los resultados.
La compañía aplica sus grandes modelos de lenguaje para su IA generativa a todos los ámbitos, lo cual incluye encontrar objetos en la fototeca o crear imágenes de todo tipo, incluidos emoticonos hechos a medida, pasando por consultas avanzadas a Siri que permitirá crear citas, corrección ortográfica, rehacer textos, etc. Lo que plantea Apple es interesante a nivel del sistema operativo, y si realmente mantiene la privacidad de la información, puede ser un potente reclamo frente a Android. Todo lo anterior, obviamente, con el conocimiento del propio usuario que tiene iOS, pero sin salir del propio dispositivo.