El lanzamiento de la Xbox One estuvo rodeada de cierta polémica debido a su precio, 100 euros más cara que su rival PlayStation 4. Algo que Microsoft tardó tiempo en ponerle solución lanzando al mercado una versión sin Kinect (imprescindible según la compañía para el buen uso de la XBO) y marcando el mismo precio que la PS4. Tras ello, las ventas de la Xbox One han mejorado enormemente.
Ahora Microsoft ha puesto a la venta por separado el sensor Kinect por un precio de 149 euros. Incluido en la caja viene el juego Dance Central, que justificaría en parte su precio, quizás un poco elevado. Pero al menos lo comprará quien lo quiera, aunque seguramente aquellos a los que les gusten los juegos tipo Dance Central.
Kinect también se puede utilizar para interactuar con la Xbox ya que era la idea original de Microsoft, además de para realizar llamadas o conferencias a través de Skype gracias a los micrófonos y cámaras que incorpora.