El problema de las microtransacciones en los videojuegos explotó en el momento en el que Electronic Arts se pasó de listo con Star Wars: Battlefront II al incluir el pagar para ganar, o micropagos que permiten obtener rápidamente beneficios dentro del juego frente a aquellos que no se gastan dinero. Es algo que puede tener lógica en juegos gratuitos, pero no en títulos que cuestan de partida 60 euros. En EE. UU. se van a dar los primeros pasos para regularizar este problema por parte de la Junta de Calificación de Software de Entretenimiento (ESRB).
Esta agencia de autorregulación de la industria del videojuego va a hacer necesario que se añada una etiqueta a las cajas de los juegos que incluyan microtrasacciones indicando claramente que cuenta con compras dentro del juego. Con esto lo que se pretende es que el comprador esté informado de lo que aporta el juego y los costes adicionales que puede conllevar después de comprarlo, así como sensibilizar a los padres a lo que juegan sus hijos.
Además, la ESRB ha creado una web específica para informar a los padres de las herramientas que están a su disposición para controlar el tiempo y dinero que invierten sus hijos en videojuegos, como anticipo de otras novedades que irán llegando. Al fin y al cabo, no es un tema de que los juegos cuenten o no con cajas de botín, sino de regular su inclusión en los juegos y que el consumidor esté informado de la misma forma que lo está cuando va a una casa de apuestas o a comprar un décimo de lotería. Regulación sí, prohibición no.
Vía: Guru3D.