Hace unos días, un con motivo de un terrible tiroteo que tuvo lugar en un colegio de Estados Unidos, el canal oficial de YouTube de la Casa Blanca publicó un vídeo recopilatorio de toda la violencia que se puede ver a día de hoy en los videojuegos. Sobre ello mi compañero David escribió un excelente artículo acerca del verdadero problema que acontece en EE. UU. con la violencia y las armas.
No escribo estas líneas para intentar negar lo evidente, que hay violencia en los videojuegos, y no hay más que ver el vídeo de la Casa Blanca. Todo está sacado de videojuegos reales que cualquiera puede comprar, pero esos son solo unos títulos muy específicos que tienen la violencia como parte de sus mecánicas o historia, y sería triste quedarse ahí y no lanzarse al infinito mar de experiencias jugables que se ofrecen hoy día. Sería como leer solamente libros de un solo autor.
Como cualquier arte, los videojuegos son capaces de generar emociones y sentimientos en aquellos que lo consumen y juegan, y como el cine y la literatura, estos pueden contar historias de violencia, sí, pero también de aventuras, drama, amor, etc. Gracias a la evolución de los videojuegos hacia algo más profundo y la aparición de la escena indi, estos cada vez reflejan historias del día a día de la gente y se usan a modo de reivindicación contra problemas sociales. También es algo bastante común hoy en día que los videojuegos expresen una vertiente artística por parte de aquellos que diseñan los escenarios, personajes o músicas, y se usen cientos de estilos para facilitar esa transmisión de emociones a los jugadores. En resumen, hace tiempo que los videojuegos dejaron de ser simplemente matamarcianos o machacabotones.
Muchas veces se hace hincapié en el efecto de los videojuegos sobre otros medios ya que este implica una mayor participación por parte del usuario, y es hecho que también es innegable. Por ello, y al igual que sucede con el cine, existen órganos de regulación por edades. En Europa es el sistema PEGI, el cual además ofrece información del contenido posiblemente dañino que se puede encontrar dentro del juego en concreto, algo que un padre responsable debería de conocer, o aunque sea, preocuparse por lo que están jugando sus hijos. Como con todo el contenido que se presenta a un menor, es imprescindible controlarlo y adecuarlo a su edad.
Tras la publicación del vídeo por parte de la Casa Blanca, la comunidad de jugadores no se quedó de brazos cruzados y preparó un vídeo con todo aquello que también se puede encontrar en los videojuegos. Miles de buenas experiencias, emociones y sensaciones que se pueden vivir a través de un mando, un teclado y un ratón.
Seguramente muchos de los que leáis esto compartís mi visión sobre los videojuegos y no os he contado nada nuevo. Si es el caso, ayudad a los profanos en este mundillo y hacedles ver que no solo hay violencia en los videojuegos, que pueden encontrar cualquier tipo de historia en sus pantallas al meter el disco en la consola, que como con un libro o un cuadro, pueden viajar a mundos fantásticos con la imaginación. Que, como ocurre con las películas, pueden conocer a personajes muy interesantes, pasar miedo o morirse de risa. Porque los videojuegos no son solo matar como quieren algunos hacer ver a aquellos que no los disfrutan. Hace tiempo que se puede decir alto y sin miedo que los videojuegos están lejos de ser solo violencia, que los videojuegos son arte.