Microsoft no lo ha tenido fácil en la adqusición de Activision Blizzard porque los gobiernos anglosajones han puesto una buena cantidad de trabas. Pero las promesas de Microsoft sobre cómo trataría a Activision Blizzard, básicamente como una empresa independiente, se rompió la semana pasada al realizar una ronda de despidos que afectó a más de mil empleados de Activision Blizzard. Microsoft se justificó en el habitual «son puestos redundantes» y aprovechó para cancelar proyectos. Pero eso precisamente va en contra de lo prometido.
Como he dicho, Microsoft prometió que trataría a Activision Blizzard como empresa independiente, por lo que no habría puestos redudantes y dijo que no habría despidos tras la adqusición. Todo lo contrario de lo ocurrido. Ahora la Comisión Federal de Comercio (FTC) estadounidense ha pedido en el juzgado que se detenga la compra de la adqusición de Activision Blizzard. Aunque a estas alturas, me da que poco hay que parar porque los despidos están consumados.
La FTC no llegó a aprobar la compra de Activision Blizzard porque vio el peligro de que Microsoft no cumpliera con lo prometido. Pero como Microsoft no necesitaba obtener la aprobación de la FTC, solo que un juez no bloqueara la compra, esta terminó cerrándose el pasado octubre. Pero no ha tardado mucho Microsoft en incumplir su palabra, al más puro estilo de la compañía. El problema es que una vez que se cierra la compra, es imposible echarla atrás. Así que al igual que Microsoft ha roto su promesa de tratar a Activision Blizzard como empresa independiente, también puede romper la de Call of Duty o cualquier otra.
Vía: EnGadget.