Dungeons & Dragons es el primer y más famoso juego de rol de todos los tiempos. Desde su debut en 1974 ha dado lugar a una ingente propiedad intelectual que vale su peso en oro. Ha tenido éxito como novelas, librojuegos, cómics y una serie de animación que es objeto de culto. Sin embargo, el éxito en el cine se le ha escapado.
La primera adaptación a la gran pantalla, a pesar de contar con dos sólidos actores como villanos, Bruce Payne y Jeremy Irons, fue un rotundo fracaso por méritos propios, pues es una película nefasta. Aún así ha tenido dos secuelas que fueron directas a DVD y a SyFy. Estas pasaron sin pena ni gloria, a pesar de ser algo mejores y un poco más fieles, que tampoco mucho, al material genérico del juego.
La primera de las secuelas, Wrath of the Dragon God, fue dirigida con un presupuesto bajo por el director de la primera, Courtney Solomon. Según Hasbro, para mantener los derechos, Solomon debería haberla estrenado en cine, cosa que no hizo. Según el director, el estreno en DVD era tan válido como el de cine, por lo que la propiedad de los derechos acabó en los tribunales.
Finalmente el juez encargado del caso obligó a las partes a alcanzar un acuerdo. De esta forma los derechos cinematográficos del D&D se han unificado y han regresado a Wizards of the Coast, editorial propiedad de Hasbro. Solomon será productor de las nuevas películas de Warner Bros. basadas en el juego.
Las películas transcurrirán en los Reinos Olvidados, según el director de contenidos de Hasbro, Stephen Davis. Este mundo, en su opinión, da la oportunidad de hacer que cobre vida en la gran pantalla y así contar las historias que han encandilado a los jugadores por décadas.
La producción de la película se ha apresurado, por lo que sabremos de ella en poco tiempo. Junto con las películas de DC, de LEGO y las secuelas de Harry Potter, Warner se ha quedado con la mitad de la infancia y adolescencia de muchas personas. La otra mitad la tiene Disney. La primera de las nuevas películas de Dungeons and Dragons aún no tiene fecha de estreno.
Vía: Screen Rant.