En sus algo más de cincuenta años de historia, la Patrulla X, como de siempre se les ha conocido en España, han tenido muchos adversarios. Uno de los más temibles ha sido En Sabah Nur, más conocido como Apocalipsis, pues su gran poder se ve sustentado por una gran edad, al ser el primer mutante de la historia.
La historia de este adversario se ha ido entremezclando, por obra y gracia de los distintos guionistas que lo han empleado en sus historia, con los rincones más dispares del Universo Marvel y personajes que poco tienen que ver con los mutantes, como los Celestiales, Asgard, Kang el Conquistador o Drácula. Siendo uno de los personajes más fascinantes del universo mutante de los últimos treinta años, era cuestión de tiempo que recalase en las películas de la Fox sobre los Hombres X.
Tras aparecer, acompañado por sus cuatro jinetes, en la escena del final de la estupenda X-Men: días del futuro pasado, Apocalipsis hace finalmente su debut en esta nueva entrega, interpretada por el cada vez más popular Oscar Isaac. Sin embargo, al contrario que su predecesora, esta película se queda a medias, sumando un nuevo revés a una franquicia que está resultando irregular.
La Era de Apocalipsis
Tras seis películas de los X-Men, los responsables de la franquicia decidieron que era hora de presentar a uno de los más grandes villanos que tiene el grupo. Con orígenes en el antiguo Egipto, la película arranca mostrándonos la forma en que Apocalipsis desaparece de la historia y su regreso, siguiendo un patrón de sobra conocido a partir de entonces.
La película muestra lo que los personajes ya conocidos por el público han estado haciendo en los diez años que han pasado desde la anterior película. En cuanto a los nuevos personajes, hay una combinación de algunos que no han aparecido con anterioridad y otros que ya lo hicieron en la trilogía original. No obstante, algunos orígenes han sido cambiados, así como su personalidad.
Durante el transcurso de la película se crean bandos, entorno a Apocalipsis y contra él, tratando de explicar las motivaciones de cada uno de los personajes para estar en cada uno de ellos, aunque estas no siempre tienen sentido o son lo suficientemente sólidas. Por ello, el espectador no empalizará lo suficiente con los que no estaban ya desarrollados antes de esta cinta, haciendo que su destino no le importe demasiado.
El guion de la película depende demasiado de que se hayan visto todas las películas anteriores, manejando de una forma bastante pobre la multitud de personajes que aparecen en escena. No todos tienen un momento propio para brillar y, en algunos casos, su participación en los diálogos es mínima, por lo que se quedan en un boceto.
La idea de fondo de la película es buena, pero está mal desarrollada, en buena parte por un guion totalmente formulaico, el cual repite el mismo esquema que otras películas del género. La batalla final puede parecer espectacular, pero la sobreabundancia de efectos especiales juega en su contra, haciéndola parecer demasiado larga y aburrida.
¡A mí, mis Hombres X!
A nivel de interpretación, los actores hacen lo que pueden. Los hay que casi no tienen papel, limitándose a ser figurantes en una película en la que tendrían que tener un papel más o menos relevante. Los tres personajes más importantes son los habituales, el de James McAvoy, Michael Fassbender y Jennifer Lawrence, quienes hacen un trabajo más que decente. Ninguno de ellos destaca especialmente, aunque quizá el que parece tomarse más en serio el personaje es McAvoy.
En cuanto al villano de la película, Oscar Isaac es un grandísimo actor, con un futuro muy prometedor por delante, pero en esta cinta no tiene papel suficiente. Además, el aspecto del personaje no le favorece en absoluto, lo que hace que en ocasiones su papel raye el ridículo.
Los nuevos actores que se incorporan a la franquicia, como Sophie Turner, Tye Sheridan y Kodi Smit-McPhee, hacen un trabajo aceptable. Quizá Sheridan destaca entre ellos, ya que su Cíclope es ligeramente distinto del de James Marsden, dándole interés a quien suele ser el miembro más flojo del grupo a nivel de personalidad.
La mención especial vuelve a ser para Evan Peters quien, como Mercurio, vuelve a robar todas y cada una de las escenas en las que aparece. Al contrario que en Días del futuro pasado, su papel en esta entrega es mucho mayor. Además, la mejor escena vuelve a ser la suya, a ritmo de Eurythmics en esta ocasión.
Sextas partes nunca fueron buenas
El ritmo de la película es desigual y no todos los actores parecen estar centrados en la película. La trama acumula demasiadas subtramas heredadas y algunas impuestas en aras de futuras entregas, lo que hace que parezca más larga de lo que realmente es. Una mejor elección de qué historias tratar permitiría ahondar en motivaciones y mejorar la narración de la trama principal.
La elección de villano no es la mejor, ya que sus poderes son muy imprecisos y su historia no da suficiente información sobre él, dando la impresión de que no es más que un recurso argumental para que la película pueda existir. Oscar Isaac hará un trabajo lo más competente posible, pero ni él ni Fassbender, Lawrence o McAvoy parecen centrados en la película.
La dirección de Bryan Singer se antoja torpe, ya que quiere dejar su impronta en unos personajes que no conoce lo suficiente y de los que parece avergonzarse en ocasiones. Recurre demasiado a los efectos especiales para tapar las deficiencias del guion y de los personajes, aunque no siempre con éxito. A parte, es incapaz de sacar partido a sus actores, desaprovechando sus posibilidades. Otro problema que tiene son los combates, los cuales están más resueltos.
A grandes rasgos, la película podría ser el Batman v Superman de la Fox, aunque está más cerca de Superman Returns. Sin embargo, al contrario que la película de Warner, es más fiel a los personajes pues, a pesar del cambio de orígenes de algunos, siguen siendo más o menos reconocibles. Además, la escena de Evan Peters es razón más que suficiente para que la película apruebe, aunque sea por los pelos, al estar bien rodada y coreografiada.
Probablemente esta película esté más enfocada al público general que al lector de cómics, así como a aquellos a los que gustó Batman v Superman. Sin embargo, el estudio debería replantearse traer de vuelta a Matthew Vaughn como director y guionista, quien ya demostró que sabe más sobre los personajes que Singer.
Si Singer y el estudio hubieran decidido adaptar la Masacre mutante, no nos quedaría a algunos la sensación de que ha masacrado la franquicia. Su rendimiento en taquilla justificará una nueva entrega, pero quizá no consiga llegar a la ansiada meta de los 1.000 millones de dólares recaudados a nivel mundial. Aprueba, pero por los pelos.
Puntuación
5.0
sobre 10
