Altered Carbon se ha convertido en una serie bastante popular, y quizás por méritos propios. Pero creo que una serie popular y que puede que en un futuro se convierta en serie de culto no necesita una crítica al uso, sino que alguien explique «de qué va la historia» y que diga si merece la pena verla para, al menos, darle una oportunidad. En este caso lo más complicado es hacerlo sin desvelar nada que anticipe la historia, y de ahí que me tomara mi tiempo en redactar este artículo.
La serie busca priorizar más una ambientación sólida con una trama bastante compleja. En ningún momento me dio la sensación de «tengo que acabar toda la temporada» porque tuviera la necesidad de ver qué pasaba al final de la misma, lo que pasa con prácticamente cualquier serie del género adolescente actual, sino que quería seguir viendo capítulo tras capítulo porque realmente me gustaba lo que estaba viendo.
La serie se desarrolla en un mundo de ambientación ciberpunk cogiendo muchas características del género y, quizás, la mejor manera de describir la misma sería diciendo que en ella aparece del anime Ghost in the Shell todo lo que no apareció en Matrix, unida con la atmósfera de Bade Runner. No es exactamente así, pero sería lo más cercano en una descripción rápida y resumida que se me ocurre.
Altered Carbon es una serie que de inicio ya cuenta con personajes sólidos bien encasillados, algo rudos en un primer momento pero que se van formando a lo largo de la serie de manera natural y progresiva sin perder su esencia. Está basada en un futuro donde la raza humana consigue crear un dispositivo-recipiente, llamado pila, para introducir toda la memoria de un ser humano, por lo que la muerte cobra otro sentido y los cuerpos humanos son tratados como simples, pero caros, recipientes a los que denominan fundas, por lo que la inmortalidad está al alcance de quien se lo pueda permitir.
El protagonista empieza con su lucha para que el futuro no esté dominado por multimillonarios que cada vez pueden acumular más y más poder gracias a esta inmortalidad, llamados mats (en referencia al Matusalén bíblico). En el proceso es capturado y posteriormente despertado más de doscientos años después con una nueva funda y donde ocurre exactamente todo contra lo que él había luchado. Ahí empieza el primer dilema al que se va a tener que enfrentar: ir en contra de sus principios y trabajar para uno de estos multimillonarios, o ser fiel a sus principios. Ese millonario sería el responsable de su resurrección y tendría la intención de que investigara su extraño asesinato que aún no ha ocurrido.
La selección de actores es bastante buena, escogiendo a Joel Kinnaman como protagonista principal, pero que en realidad es solo una funda de la conciencia de Takeshi Kovacs, un mercenario interpretado por Will Yun Lee. El multimillonario llamado Laurens Bancroft y que decide resucitar al mismo está interpretado por James Purefoy. Los otros papeles principales de la serie serían para Martha Higareda como la detective Kristin Ortega, Dichen Lachman como la hermana de Takeshi, Reileen Kovacs, y a Chris Conner haciendo el papel de la inteligencia artificial de un hotel, con aspecto y nombre de Edgar Alan Poe, el cual da el toque de humor necesario a la serie.
Aunque tiene un inicio que se podría llamar inconsistente, poco a poco va desvelando por qué esto o aquello ocurrió así. [Un pequeño destripe que no desvela la trama: al principio, la detective Kristin Ortega está completamente obsesionada con el protagonista, situación que se ve forzada hasta que cerca del ecuador de la temporada se revela el motivo]. Así que los giros del guion están bien pensados y todo lo que ocurre a lo largo de la serie tiene algún motivo, lo que lo hace un mundo creíble a lo largo de la temporada.
La serie tiene una componente sexual muy alta, con muchas escenas de mujeres ligeras de ropa y se muestran desnudos integrales tanto de hombres como de mujeres sin pudor e incluso de los papeles protagonistas, pero en ningún momento se ven forzadas ni usadas como pasa con series de mayor éxito. También tiene un componente de descubrimiento personal del protagonista bastante fuerte que cobra protagonismo en capítulos aislados.
La serie va a gustar a cualquiera que le gusten las series del género ciberpunk, y seguramente este tipo de espectador suscrito a Netflix ya la haya visto o empezado a ver. Para quien aún esté dudando sería recomendable que le diera una oportunidad, porque la serie está muy bien conseguida y da un pequeño respiro de calidad dentro de catálogos cada vez más forzados.