El 16 de diciembre va a ser un día movidito para James Cameron. El legendario director de cine estrena la continuación de su gran obra, Avatar, con la que logró alzarse con el título de la película más taquillera de la historia; título que se robó a sí mismo (Titanic), y que fue ligeramente amenazado por Vengadores: Endgame, y que ahora quiere volver a repetir con Avatar: El sentido del agua, por la cuenta que le trae.
El director se juega mucho ese día, porque según ha afirmado en varias entrevistas, la película ha costado una cifra que no se atreve a decir. Es tal que afirma que hay riesgo de no recuperar la inversión si no llega a alzarse como la tercera o cuarta película más taquillera, por encima de Titanic con 2 201 657 264 $ o Star Wars: Episodio VII - El despertar de la Fuerza que recaudó 2 069 521 700 $. Pequeño reto. Cameron no las tiene todas consigo para repetir de nuevo la gesta de la recaudación debido a que el mundo audiovisual ha cambiado desde la anterior Avatar. La COVID y los servicios de vídeo bajo demanda han hecho que cada vez vaya menos gente al cine.
Personalmente, creo que es complicado que Avatar: El sentido del agua llegue a esas cifras. No siento mucha expectación por esta continuación, y el 3D que engrosó notablemente la recaudación de la anterior, y que vuelve a estar disponible para esta, ya no es algo que interese ni llame la atención. En este caso, Cameron está listo para recortar de cinco a tres, la historia que quiere contar sobre los Na'vi. Eso sí, eso no quita que siga intentando convencer a todos para ir al cine con tráileres como este, que admitámoslo, es espectacular y más en estas épocas en las que no hay que polémicas por los efectos especiales creados por ordenador.