Con un ligero retraso, Google ha anunciado que sus gafas inteligentes están ya saliendo de la línea de producción, y así se lo ha notificado a todos aquellos que estaban en la lista de espera para recibir un ejemplar de estas gafas. Serán enviadas en tandas a los 2.000 desarrolladores que las reservaron en junio del año pasado por 1.500 dólares en la conferencia Google I/O.
Estarán en sus manos antes de la siguiente Google I/O, que se celebrará el 15 de mayo. Y para que puedan ir creando las primeras aplicaciones, también han puesto a su disposición una guía con el uso de la API de las gafas, denominada Glass Mirror, junto con una serie de best practices a la hora de implementar software.
Las especificaciones de las gafas son las siguientes: cámara de 5 megapíxels capaz de grabar vídeos a 720p (H.264), audio mediante bone conduction transducer (uso de los huesos del cráneo para llevar el audio al oído interno), conectividad WiFi 802.11 b/g, Bluetooth, 16GB de almacenamiento interno (usables 12GB), un día de batería de uso esporádico (por lo que si usamos constantemente la cámara no creo que dure más de unas pocas horas), y una pequeña pantalla equivalente a una de 25 pulgadas de alta resolución a una distancia de ocho pies (unos 640x360 píxels, aspecto 16:9).
Han liberado la API con una serie de recomendaciones para los desarrolladores, que incluyen cosas como probar las aplicaciones en Glass antes de liberarlas, o que tengan en cuenta que están desarrollando para Glass. A parte de estas recomendaciones obvias, también han incluido que las aplicaciones no se interpogan en el día a día de los usuarios, y que no les molesten con constantes notificaciones ruidosas. Proporcionan la forma de añadir opciones al menú, y una plantilla CSS para sus aplicaciones, aunque la pueden configurar a su gusto.
Este es el primer paso para que estén disponibles para su producción en masa, aunque no creo que haya mucha gente dispuesta a pagar 1.500 dólares por unas gafas. A su puesta en circulación también le acompaña en Google Play una aplicación, MyGlass, que requiere Android 4.0.3. Pero es una aplicación que no le valdrá de nada a alguien que no tenga una gafas.
Pues esto es todo de momento en el apasionante mundo de las gafas inteligentes. ¿Producto revolucionario o un capricho de Sergey Brin? Sólo el tiempo lo dirá.