La mayoría de las novedades de Google I/O 2013 han ido dirigidas a los desarrolladores, a facilitarles el desarrollo de las aplicaciones y a aportar nuevos y mejorados servicios a los consumidores. Pero no ha habido grandes presentaciones en el mundo Android, y quizás muchos ni siquiera hayan sido capaces de digerir lo que Google presentó en casi tres horas y media de conferencia el pasado miércoles.
Por eso hay muchos rumores que apuntan a la posibilidad de un evento con novedades exclusivamente para el consumidor a principios de junio (se habla del día 10 como fecha a marcar en el calendario) relacionados sobre todo con nuevos smartphones y tabletas, y con un poco de suerte novedades en el sitema operativo Android. Pero el tema de la fragmentación del sistema operativo ha sido tocado sólo tangencialmente por Google durante I/O 2013.
Dando un repaso a la tabla que Google proporciona a principios de cada mes con la distribución de versiones de Android instaladas en smartphones y tabletas, la cosa no va mal. La información la sacan de los últimos 14 días del mes anterior de los terminales que acceden a Google Play. Algo que sí queda patente es que no muchos fabricantes han incluido por el momento la versión 4.2 en los dispositivos que venden, y eso que es una versión de hace más de seis meses.
Durante Google I/O, los responsables de Android han dicho que siguen trabajando en reducir esta fragmentación, que están haciendo progresos, pero no han dado muchos detalles al respecto. Más importante les parece (y puede que sea así) asegurar de alguna forma que ese 38.4 por ciento de usuarios que siguen usando Android 2.3 Gingerbread experimenten una mayor fluidez en sus terminales, aunque en muchas ocasiones es culpa de los desarrolladores el que las aplicaciones no estén suficientemente optimizadas (es el problema de coger a cualquiera para crear arquitecturas software).
Un comentario que hizo uno de los responsables es que les ha parecido más importante el sacar novedades tan rápido como les fuera posible, de lo cual no se lamenta. Es una pena que haya ingenieros con este tipo de pensamientos, ya que demuestra que los chicos de Android han estado en algunas ocasiones más centrados en evolucionar su sistema operativo que en los usuarios que lo iban a utilizar. Quizás porque el éxito de Android les pilló por sorpresa en los primeros compases del mismo, y sobre todo hace dos años y medio con la versión 2.3 (es de diciembre de 2010). Pero no se pueden sacar novedades rápidamente si eso implica una disminución del rendimiento de los smartphones. Bien es cierto que en los últimos dos años hemos pasado de smartphones de solo un núcleo a prácticamente los de ocho núcleos, una evolución realmente rápida, y que ese pensamiento de evolucionar sin mirar atrás ha sido un problema.
Afortunadamente, alguien más sensato comentó que ahora mismo no sacan ni una línea de código sin probar concienzudamente que no afecte al rendimiento del sistema operativo. Era en referencia a la fatídica fragmentación en Android, pero que achacan sobre todo a que en los mercados emergentes sigue habiendo una gran cantidad de terminales de bajo coste que sólo son capaces de correr Android 2.3. ¿En los países desarrollados? Posiblemente el porcentaje de Gingerbread sea bastante más reducido, ¿quizás la mitad, en torno a un 20 por ciento del total de versiones?
Pero combatir esa fragmentación tampoco pasa por ofrecer directamente una versión del Galaxy S4 con stock Android (la versión sin añadiduras de operadoras y fabricantes). Quizás ayude a fomentar las ventas de Google y de Samsung, pero es una mala solución. Tampoco pasa por la gama Nexus de smartphones y tabletas cuya actualización también depende solamente de Google. Y aunque está bien que comentaran en I/O 2013 que Android lo están intentando adaptar rápidamente a los cambios del mercado, eso sí es un problema porque puede crear más fragmentación si no tienen cuidado.
Así pues, tenemos un Google I/O en el que no han aportado soluciones a la fragmentación de Android, pese a que los principales perjudicados son los propios desarrolladores (no pueden ignorar un 40 por ciento de los usuarios si quieren tener éxito), y en el que no han desvelado nada sobre el futuro de Android. Por eso, un evento cuanto antes relacionado con la propia versión de Android y nuevo hardware es más necesario que nunca. Y con soluciones reales sobre la fragmentación, no con un "seguimos trabajando en ello".