Samsung ha presentado un nuevo smartphone para su gama baja, pero esta vez con una pantalla de 4,7 pulgadas. Eso sí, la resolución es de 800x480 píxels, pero se trata de una actualización del Galaxy Core. El diseño del terminal es similar al que nos tiene acostumbrados Samsung desde que presentara el Galaxy S3 el año pasado, por lo que no hay novedades en este apartado.
En su interior cuenta con un procesador de doble núcleo, ya por fin estandarizado en todos los gama media y baja, y llega con 1GB de RAM. Suficiente cuando las empresas empiecen a actualizar sus teléfonos (si es que lo hacen) a Android 4.4, pero de momento no lo es si queremos sacarle un poco más de partido a nuestro móvil.
Cuenta con 8GB de almacenamiento interno, lector de tarjetas microSD de hasta 64 GB y una batería de 2.000 mAh. Viene con Android 4.2 Jelly Bean preinstalado, WiFi 802.11n (2,4 GHz), NFC, Bluetooth 4.0, y GPS+GLONASS. Tampoco iba a dejar pasar Samsung el incorporar todo su software al equipo, como S Voice, S Translator, Group Play o Easy Mode.
Incluye unas cuantas medidas de accesibilidad que vendrán bien a personas mayores o con ciertos tipos de discapacidad. Por ejemplo, es capaz de leernos el texto de una imagen, detección de la dirección e intensidad de la luz, y creación instantánea de notas mediante grabación de voz. También es interesante un modo que permite operar el teléfono mientras la pantalla está apagada, funcionalidades de alta calidad de texto a voz y un modo guiado por voz a través de la captura de fotografías que nos indica por voz el número de caras detectadas y su posición.
Vía: Android Community.