Hace ya 10 años que Google anunció su servicio de correo electrónico Gmail. Muchos lo tomamos como otra de esas bromas del día de los santos inocentes estadounidense (April's Fool), pero al pasar el día y ver que Google no daba marcha atrás ni desmentía el servicio nos quedamos estupefactos.
Eran tiempos en los que teníamos cuentas de correo con una capacidad de 10 MB y que Google ofreciera 1GB era como un milagro. Los tiempos de hotmail y MSN Messenger. Al principio pocos eran los afortunados que tenían acceso al servicio, y recuerdo que conseguí una cuenta en poco tiempo y eso cambió bastante mi uso infrecuente del correo electrónico a usarlo a diario.
Hoy en día puede parecer que está en desuso, pero el poder usarlo para enviar y recibir todo tipo de información (y no lo que hacen nuestros amigos a través de Facebook o las últimas noticias y chorradas en Twitter) lo hacen una herramienta indispensable. Algo que no puede ni sustituir el Whatsapp, que le damos otros usos más efímeros.
Una de sus principales características es que era de los primeros servicios que estaba construido con AJAX, basado en un desarrollo de Microsoft, y que permite realizar solicitudes asíncronas a un servidor y manipularlo con JavaScript, lo que evitaba tener que estar todo el rato recargando la página. Algo que hoy nos parece lo normal en un navegador hace 10 años era inexistente, y gracias a Gmail se popularizó entre los desarrolladores, entre los que me incluyo, que no lo empecé a usar hasta un par de años depués (aunque eran otros tiempos con otras necesidades de cara al usuario).
En febrero de 2007 fue cuando el servicio salió de la beta y ya no se necesitó invitaciones para poder obtener una cuenta. Todavía tardaría algunos años para que el resto de servicios se pusieran a la par en cuanto a almacenamiento, aunque no muchos salvo iCloud y Outlook ofrecen hoy en día una cantidad parecida y de calidad.
Eso me lleva a que actualmente, teniendo en cuenta que Google cada vez quiere sacarle más rendimiento económico a su servicio, ya no es lo que era, y seguramente no lo consultemos tanto como antes. Muchas veces recurrimos a ver el correo en el teléfono o la tableta, y los que tenemos varias cuentas usamos una aplicación en el PC de sobremesa (sobre todo si tenemos una cuenta de iCloud, Outlook u otros servicios que no sean Gmail).
Gmail ha dejado de ser imprescindible en nuestra vida digital, pero siempre quedará en el recuerdo de la sociedad como el que nos abrió las puertas a compartir más contenido a través de Internet sin restricciones de espacio. Personalmente lo veo como un servicio cada vez menos apetecible, sobre todo después de la incorporación de las pestañas en la bandeja de entrada y su futuro tránsito de la carpeta de Promociones a anuncios con imágenes en la que los usuarios sin duda clicarán en alguno sin saber que es publicidad de Google.
¿Otros 10 años de Gmail por delante? Sin duda, y esperemos que le den un lavado de cara importante por que realmente no ha cambiado mucho en estos 10 años (y algunos dirían que sólo ha ido a peor).
Fuente: Wired. Vía: The Next Web.