Una de las novedades que ha traído el IFA en el terreno de la realidad virtual son las gafas Gear VR de Samsung. Teniendo en cuenta lo mucho que invierte en I+D+i la compañía en prácticamente todos los ámbitos (no me extrañaría que algún día sacaran su propio reactor nuclear portátil), estas gafas son uno de los reclamos de venta del Galaxy Note 4 más poderosos que tiene ahora mismo.
John Carmack, creador de Doom y Wolvenstein, abandonó su compañía, iD Software, para unirse al proyecto Oculus Rift para sorpresa de todo el mundo. Además dejó claro, tras la compra de Oculus VR por parte de Facebook, que apoyaba la adquisición y que seguía confiando en el proyecto de Oculus Rift. Lo que no dijo en aquellos momentos es que lo hacía por que le enseñaron, para que se uniera al proyecto, el concepto de gafas Gear VR.
Estas gafas usan un Galaxy Note 4 como pantalla, tiene 96º de ángulo de visión, tienen un acelerómetro, girómetro, magnetómetro y sensor de proximidad, un retardo de 20ms a la hora de detectar y mostrar cambios de movimiento, además de conexión mediante microUSB. Pero lo realmente importante es que su precio podría estar entre los 200 y 400 dólares, aunque todavía no está establecido. Y tampoco necesita tener un cable conectado con el PC, por lo que da una sensación completa de movimiento libre en 360º.
Carmack tomó el proyecto de Gear VR en solitario, la parte que correspondía desarrollar a Oculus, los primeros seis meses y después empezó a aumentar su equipo. Al principio tuvo dificultades para que el equipo de Samsung aceptaran su forma de hacer las cosas y que le proporcionaran en la interfaz de programación todo aquello que necesitaba. Tras hacer un primer desarrollo usando todo tipo de atajos, demostró a Samsung que se podía eliminar el triple buffering de la pantalla y escribir directamente a ella las imágenes, manteniendo una baja latencia entre que el usuario se moviera y se mostraran los cambios en la pantalla. Imprescindible para que no haya sensación de mareo al usar las gafas.
Las gafas Oculus Rift se convertirán con el tiempo en un producto que se podrá usar sin conectar a ningún dispositivo, pero también conectándolo a un PC o a un dispositivo Android. Todavía quedan muchas cosas que perfilar y mejorar en Oculus Rift y Gear VR, pero está llamado a convertirse en la plataforma de juegos del futuro. Una colaboración con Samsung y toda su experiencia en fabricación de productos de consumo allanan el camino al éxito.
Vía: EnGadget.