Desde hace un par de años se ha criticado sin parar a Apple por no presentar un iPhone con pantalla más grande que esas 4 pulgadas de los iPhone 5, 5s y 5c. Es algo que hasta los de Cupertino eran conscientes, y finalmente lo han puesto a la venta, y a falta de uno, dos modelos distintos. El iPhone 6 tiene una pantalla de 4,7 pulgadas, y el iPhone 6 Plus de 5,5 pulgadas, por lo que este último cae en el terreno de las phablets.

No soy muy amigo de las pantallas grandes en los teléfonos por que mi forma de usarlos va totalmente en contra de ellas. Los uso mayoritariamente a una mano y me molesta enormemente tener que usar las dos salvo para escribir texto más rápido. Por suerte Apple ha tenido esto en cuenta, como explicaré más adelante, y por ello este iPhone 6 ya se ha convertido por méritos propios en un superventas sin (demasiadas) pegas en el apartado de la usabilidad.

Diseño

Lo primero que llama la atención del nuevo iPhone es su grosor: 6,9 milímetros. Puesto que pesa 129 gramos, está en la línea del iPhone 5s y por lo tanto resulta muy ligero en la mano. También resulta muy atractivo el redondeado de la pantalla, que parece fusionarse con la carcasa de aluminio del teléfono. Es muy agradable al tacto cuando deslizamos el dedo de fuera a dentro de la pantalla, un movimiento que es bastante habitual desde iOS 7 para ir hacia atrás en la inmensa mayoría de las aplicaciones.

Pero tiene un par de puntos grises el diseño del iPhone 6. Por un lado la horrible protuberancia trasera de la cámara. No afecta al terminal cuando lo dejamos sobre una superficie pero afea el perfil del teléfono. Las bandas de colores que recorren la parte superior e inferior de la parte trasera, puestas para facilitar la comunicación de las antenas internas del teléfono, si bien en el modelo de color gris espacial no quedan mal, en los modelos plata y oro no quedan especialmente bien. Al menos para mi gusto.

Con un tamaño de 138.1 x 67 x 6.9 mm es más grande que otros teléfonos con pantalla de igual tamaño, como el Moto X que mide 129.3 x 65.3 x 10.4 mm. Pero el tamaño adicional está motivado para mantener el aspecto tradicional del iPhone, aunque a estas alturas igual Apple debería buscar un diseño nuevo que permita reducir los marcos del teléfono. A pesar de ello, en su favor juegan esos 6,9 mm de grosor, que lo convierten en manejable.

El terminal puede resultar algo resbaladizo al principio debido a lo redondeado de sus esquinas, hasta que te acostumbras a manejarlo. Apple ha incluido una característica con nombre propio, Reachability, para evitar tener que perder agarre para alcanzar la parte superior de la pantalla. Tocando (que no pulsando) dos veces el botón de inicio, toda la pantalla se desliza hacia abajo, dejando la parte superior a distancia de toque de nuestro dedo. Una vez que te acostumbras a usarlo (sobre todo tras varios intentos de escaparse de la mano el teléfono), es una gran utilidad que permite sin problemas su uso a una mano.

La pantalla es la que tiene ahora mismo la mejor calidad del mercado. Con sus 4,7 pulgadas, cuenta con una resolución de 1334x750 píxels, lo que arroja unos más que suficiente 326 ppp. En este punto se critica que Apple no haya incluido una resolución de 1920x1080 píxels, pero por un lado por encima de los 320 ppp el ojo humano no nota la diferencia, y por otro tendría que haber incluido una batería más grande para hacer frente al mayor consumo de dicha resolución.

La calidad de los colores es simplemente excepcional. El contraste es de 1:1500, y el brillo se sitúa en 600. El brillo no es tan bueno como el del iPhone 5s, pero igualmente permite que se vea perfectamente la pantalla a plena luz del día. Incluso la temperatura de los colores (7100K) permite que se vean los blancos como blancos. La consistencia de los colores con el cambio de ángulo de visión es sólida, y además la pantalla cuenta con 180 grados de visión en el que se siguen viendo bien.

Un punto que se puede ver en contra de este teléfono, pero que lo hacen otros fabricantes como Motorola o Google, es no incluir un lector de tarjetas microSD. En realidad en los años que llevo usando iPhones no he necesitado un lector. Pero eso según el uso que yo les doy. Como todo, si necesitas un lector de tarjetas microSD tendrás que optar por otro teléfono distinto. Este detalle no creo que desmerezca ni al iPhone 6, ni al Nexus 6, ni al Moto G ni a otros que no la incluyen. En el mercado hay suficiente variedad para encontrar un producto que se adopte a las necesidades de cada uno. Pero obviamente, Apple no ha incluido nunca un lector de tarjetas y no lo va a hacer a estas alturas, prefiriendo proporcionar una versión básica de 16GB y otra mejorada con 64 GB. Eliminan la versión de 32GB, que bien podría haber sido la básica en vez de la de 16GB y eliminaría las críticas al iPhone 6 en este terreno.

Rendimiento

En su interior se encuentra un, otra vez, potente procesador de 64 bits. El A8 hará que vaya igual de fluido que el iPhone 5s con el A7, pero actualiza la GPU a una PowerVR Series6XT GX6450. Algunos criticarán que siga incluyendo sólo 1GB de RAM, pero la realidad es que no necesita más para funcionar. La cámara no graba a 4K, para lo que suele ser necesario 2 y 3GB de RAM, y si bien es discutible por qué no graba a esta resolución (a mi no me parece práctico, es un smartphone al fin y al cabo), 1GB es más que suficiente para que vaya fluido. En un uso normal no se suele tener ocupada más de un 60% de esa memoria del iPhone.

En el rendimiento de Geekbench mono y multihilo sale bien parado, aunque no consigue un rendimiento especialmente superior al del iPhone 5s, pero sí queda por encima de toda la competencia actual de smartphones Android. La potencia de cada núcleo de la nueva arquitectura de 64 bits de Apple es impresionante, y supera por mucho a toda la competencia.

El apartado gráfico sigue siendo en el que mejor queda, también por encima de toda su competencia de smartphones, pero bien es cierto que por contar con una resolución de 1334x750 píxels. El que más cerca se queda en potencia es el Xperia Z3 Compact, pero este también cuenta con una resolución ajustada de 1280x720 píxels. Pero la cuestión es que un tamaño Full HD que da una densidad de 440 o más píxels por pulgada no aporta nada más que una bajada de rendimiento considerable en el sector de la GPU, y no se ve mucho mejor que una pantalla con 320 ó 330 ppp.

La insistencia de incluir esas resoluciones en los teléfonos de gama alta me sigue pareciendo más un efecto de "tenemos que incluirla por que la competencia lo hace" que algo que proporcione al usuario final una utilidad añadida. Sin hablar que esa resolución Full HD consume muchísimo más que una HD o similar, como la del iPhone 6 o Xperia Z3.

Debido al aumento de pantalla a 4,7 pulgadas, ahora sí que se puede utilizar para jugar a ciertos títulos que antes era imposible en un iPhone 5s y anteriores. Pero aunque cuenta con un gran rendimiento, lo sigo sin ver como la plataforma adecuada para jugar, salvo a juegos muy casuales como Angry Birds y similares. El iPhone 6 Plus, por ejemplo, sí que se trata de un buen teléfono para juegos, aunque cae en el terreno de los phablets y todo lo que implica de cara al usuario.

Por último, en el apartado de la lectura de la memoria NAND interna, la lectura secuencial de información llega a los 250 MB/s, mientras que la aleatoria se sitúa en los 86MB/s. Son valores que están por encima de los teléfonos de la competencia, que alcanzan hasta 180 y 40 MB/s. Sin embargo, en el apartado de escritura es algo más flojo que la competencia, que si bien la secuencial llega a 86MB/s, la aleatoria es de 1,3 MB/s, por debajo de los 5MB/s del iPhone 5s y los entre 1,5 y 2,9 de otros teléfonos como el HTC One o Moto X. Pero se tratan de buenos resultados.

Batería

El iPhone 6 incluye una batería ligeramente mayor de 1.810 mAh. Es un aumento de en torno al 20% con respecto al iPhone 5s, que muchos considerarán insuficiente y que podrían haber incluido una de mayor cantidad. Pero la duración de la batería está entre las 9 y 10 horas con un uso mixto de WhatsApp, navegación y llamadas, por lo que no es nada mala, y se sitúa en la duración que proporcionan otros teléfonos como el Moto G o el LG G2, dos de los teléfonos Android mejores en este aspecto.

La duración disminuye drásticamente si utilizamos juegos 3D, y da un resultado bastante más pobre de unas 3 horas de duración. Como he dicho anteriormente, el iPhone 6 con su pantalla de 4,7 pulgadas no es la mejor plataforma de juegos, y también lo demuestra esta duración de batería. No está tampoco alejada de la duración que pueda tener con juegos un Nexus 5, Honor 6 o un Moto X, por lo que sigue siendo más interesante una phablet como la Ascend Mate2 si queréis utilizar vuestro teléfono como sustituto de una consola portátil.

Viendo el tiempo de recarga de los últimos teléfonos Android, como el Moto X 2014 o Galaxy Note 4 gracias a los Snapdragon y su tecnología de carga rápida, las poco más de 2 horas que tarda en recargar el iPhone 6 pueden parecer un poco elevadas. En media hora es capaz de recargar en torno al 40% de la capacidad, que puede ser suficiente para casos de emergencia, pero es un terreno en el que la competencia le ha superado claramente.

Cámara

La cámara sigue siendo de 8 megapíxels, pero no todo en la calidad es la resolución. También influye la calidad de la óptica, y en este caso mejora lo suficiente como para volver a convertirse en la mejor cámara en un smartphone a la venta. No tiene estabilizador óptico de imagen como sí tiene el iPhone 6 Plus, pero tampoco se nota mucho la diferencia de calidad entre ambos teléfonos. El software de iOS en torno a la cámara es realmente bueno y le proporciona una clara ventaja con respecto a la competencia.

Apple ha incluido un nuevo sistema de enfoque que permite que el iPhone enfoque cualquier imagen en 0,225 segundos. Es más rápido que el resto de la competencia por una gran diferencia, ya que el que más se acerca es el LG G3 con 0,524 segundos. Aun así el tiempo de captura de imagenes es como el resto de cámaras de gama alta, que se sitúa en unos 0,5 segundos, y el tiempo total de arrancar la aplicación de fotos y sacar una foto perfectamente enfocada es de menos de 1 segundo. Desde el acceso directo a la cámara en la pantalla de bloqueo podemos sacar fotos muy rápidamente.

La aplicación de cámara tiene otros modos de uso: panorámico, cámara lenta de 120 y 240 fps, y time-lapse. Grabar a 240 fps y time-lapse son los dos añadidos en iOS 8 y el iPhone 6. Las fotos siguen utilizando un flash de doble LED denominado True Tone que consigue en situaciones en las que necesitemos el flash que su luz sea similar a la del color de piel de los participantes de acuerdo con la iluminación ambiente que haya.

La grabación a 240fps se hará a 720p y, si bien tiene buenos resultados para no ser una cámara profesional, tampoco se pueden esperar milagros. Sin embargo la grabación a 120fps en esta ocasión está mejorada con respecto a la cámara del iPhone 5s, y la estabilización a la hora de grabar vídeo normal también se nota.

La cámara frontal está lejos de ser la mejor para hacer autorretratos pero mejora con respecto a la del iPhone 5s. Esta cámara FaceTime captura hasta un 81% más de luz (según Apple) y lo cierto es que es mucho más efectivo a la hora de sacar fotos y videoconferencias. Salen más claras, pero debido a que sigue siendo una cámara de 1,2 megapíxels, no son de las que vayamos a utilizar en nuestro book de fotos. Quizás en próximos iPhones sorprenda Apple con una cámara para autorretratos mejorada, pero quizás sea sólo una moda pasajera y estén esperando a ver qué ocurre. Buena calidad de fotos con buena luz, pero mejorable en el apartado de la resolución, y bordes algo borrosos con poca luz ambiente.

Software

iOS 8 continúa con el rediseño visual que empezó con iOS 7 y el lanzamiento de los iPhone 5s y 5c. Está en la línea actual de diseño con colores planos y simplicidad, y aunque iOS 8 tiene algunos problemas de usabilidad, las novedades más importantes en realidad tienen que ver con el espacio adicional que tiene esta pantalla.

Las aplicaciones no adaptadas a la nueva resolución serán reescaladas desde sus versiones de iOS 7. Las aplicaciones básicas de Apple están adaptadas a la nueva resolución, por lo que se ve más información en la pantalla. Los desarrolladores van adaptando sus aplicaciones poco a poco.

Debido a ese tamaño adicional, también hay un nuevo teclado que se puede utilizar cuando tenemos el iPhone en modo paisaje. Hay botones adicionales, como unos para mover el cursor hacia delante y atrás o deshacer, pero requiere un poco de tiempo hacerse con su uso.

Otro gran añadido a iOS es Apple Pay, aunque actualmente sólo está disponible en EE.UU, y esperemos que no tarde en llegar a otros países. Se trata del sistema de pago mediante NFC diseñado por Apple, y el más seguro que se ha creado hasta la fecha puesto que no se intercambian los datos de nuestra tarjeta si no un identificador único para la transacción en curso. Incluso si consiguen ese identificador, no sirve para hackear nuestra cuenta y no es reutilizable en otras compras.

Family Sharing también es un gran añadido, ya que permitirá compartir las aplicaciones que compremos con los miembros de nuestra familia. O más bien, aquellos que incluyamos como familiares en nuestro círculo. Es una de esas mejoras casi vitales, y que por ejemplo a mi me ha venido muy bien para instalar los juegos que compra mi hermano para el iPad. Pero también sirve para compartir música y vídeo.

Por lo demás, iOS 8 sigue siendo el mismo, con la atención que siempre ha prestado en animaciones y simplicidad. A muchos usuarios puede saturar o encontrar confusos ciertos puntos de este diseño, pero la mayoría fueron corregidos en las distintas iteraciones de iOS 7.

Conclusión

Apple ha tardado mucho más de la cuenta en lanzar al mercado un teléfono con pantalla adaptada para el uso actual de los smartphones. Pero ha llegado finalmente, y se está vendiendo mucho mejor que modelos anteriores, y sobre todo a ex usuarios de iPhone que se alejaron a Android para usar teléfonos con pantalla grande, pero que ahora pueden volver a iOS.

El terminal es sin duda muy sólido en todos los aspectos: estupendo rendimiento, magnífica cámara y la más rápida de todas las que hay en un smartphone, estupenda duración de batería. Tiene una gran calidad de sonido en las llamadas de teléfono, y la potencia de su altavoz, incluso a máximo volumen, no distorsiona el sonido. La calidad de la pantalla es algo que se nota a primera vista, con unos estupendos valores de brillo, contraste y color, y que consigue vender por si sola. Incluso al tenerlo en la mano su poco peso, fabricación en aluminio y tacto llaman la atención muy positivamente.

Las principales pegas que tiene están en el terreno del diseño, que seguramente Apple podría haber innovado un poco más. Los 5 milímetros de margen lateral podrían haber sido más reducidos, pero también es cierto que son un espacio de seguridad para toques indeseados en pantalla cuando lo sujetamos. Incluso la opción de Reachability es buena para mejorar su uso a una mano.

Sin embargo a mi me deja una sensación extraña. No consigo acostumbrarme al manejo de estos teléfonos con pantalla grande, y por momentos echo de menos el tamaño del iPhone 5s. Pero no lo echo de menos al utilizar su estupenda pantalla y el espacio adicional de información que es capaz de mostrar. Una por otra. Pero esto no es un problema del teléfono en sí, sino del usuario que lo vaya a utilizar.

Si queréis el mejor teléfono del momento, este iPhone 6 sin duda lo es. Quizás no lo sea en relación calidad/precio, pero en eso no ha destacado nunca los iPhone. Son los mejores, pero seguramente la mayoría de los usuarios no necesiten ni de lejos el mejor terminal del momento para su uso cotidiano. Pero es un terminal que sorprenderá gratamente a cualquiera que lo pruebe.