La presentación y puesta a la venta de la Radeon R9 Fury X ha llegado acompañadas de cierta polémica. Las pruebas de rendimiento sitúan a la tarjeta a la misma altura de la GTX 980 Ti, pero con el inconveniente de que está al mismo precio. Teniendo en cuenta que muchos fans de AMD estaban acostumbrados a tener mejor relación potencia-precio, los ha desilusionado.
Pero ha surgido un pequeño problema. Las tarjetas R9 Fury X puestas a la venta en la tirada inicial incluían una refrigeración líquida de la que muchos compradores se estaban quejando de que hacía un chirrido agudo, y AMD ha revisado el diseño de la refrigeración de la tarjeta para eliminar dicho ruido.
La única forma de distinguir de qué remesa de tarjetas es la R9 Fury X que compres es abriendo la tapa de la tarjeta para ver la bomba y comprobar si lleva una pegatina de Cooler Master en blanco y verde, lo que indicaría que es una tarjeta con el sistema de refrigeración revisado.
Creo que hay que esperar a que pase un tiempo para que AMD lime asperezas en los drivers y los estudios aprovechen al máximo la potencia de la tarjeta antes de poder desterrarla como una mala opción de compra. Obviamente habrá gente que quiera una tarjeta de la potencia de la Radeon R9 Fury X por 300 euros en vez de los 700 que cuesta, pero eso no afecta al hecho de que es buena, pero ahora mismo no la mejor.
Vía: TechPowerUp.