La revolución en el consumo de series y películas ha venido del vídeo bajo demanda, pero sobre todo de la aplicación Popcorn Time, un servicio que se puede catalogar como ilegal en muchos países del mundo. Su creador lo desarrolló en sus inicios bajo un seudónimo, Sebastian, y posteriormente la comunidad de usuarios que se creó alrededor de Popcorn Time ha tomado el control de su desarrollo.
Actualmente ya no está relacionado con el proyecto, en parte por dos hecho: que el desarrollo de Popcorn Time tuvo efectos en su vida personal (le costó la relación con su novia), y que los abogados de los grandes estudios como Warner Bros. empiezan a verle con el objetivo de una demanda visitando su perfil de LinkedIn (o más bien, por ahora, haciéndole ver que lo pueda ser, de manera intimidatoria).
Pero en la entrevista concedida a un medio noruego, el argentino Federico Abad ha dicho que la idea inicial para crear Popcorn Time fue la de solucionar el problema de Argentina de que las películas llegan tarde a los cines, y que la piratería era una labor complicado llena de banners publicitarios. Utilizó a su madre como caso de estudio, y diseñó un programa que resultara fácil de utilizar. Y lo consiguió.