Algunas historias de robos e investigaciones policíacas superan lo que se ve en Ley y Orden y otras series detectivescas. En el caso del robo de un camión lleno de MacBook Airs el pasado mes de enero, el FBI ha detenido y puesto a disposición judicial a los cuatro sospechosos relacionados con el robo.
El cargamento del camión se componía de 1.195 portátiles valorados en más de 1 millón de dólares, y los federales califican el golpe de una chapuza. El camionero era Anton Saljanin, que avisó a la policía del robo del camión el 15 de enero en Yorktown Heights, y posteriormente les avisó de verlo en Danbury en la interestatal 84, a 43 kilómetros de distancia.
Los investigadores dedujeron que la historia de Anton no encajaba porque en Danbury había cristales rotos y en Yorktown no, por lo que el robo no se produjo donde Anton aseguraba, además que concluyeron que no podría haber visto el camión aparcado en Danbury de manera casual pasando por la interestatal.
Cuando comenzaron a ver las cintas de vigilancia grabadas, comprobaron que el camión paró en un bar de carretera en Somers, donde Anton estaba acompañado por su hermano Gjon. El camión además fue grabado dirigiéndose a un aparcamiento de Yorktown, pero no fue directamente, sino deteniéndose en la casa de uno de los acusados, Ujka Vulaj, donde descargaron los portátiles y ya se dirigió al aparcamiento.
Los federales comprobaron la ruta tomada por el teléfono de Anton Saljanin, y no seguía la ruta que aseguró en su versión oficial del robo. Por último, un cuarto ladrón, Carlos Caceres, ya había vendido por la mitad de su valor varios de los MacBook Air a un precio de en torno a los 500 dólares en efectivo. Teniendo en cuenta que los Macs llevan un identificador único, en estos casos resulta bastante fácil saber si han sido robados o no cuando el usuario intenta activarlos con su cuenta de Apple.
La moraleja es que en EE. UU. (y ya casi en cualquier sitio), las cámaras nos vigilan continuamente, y que si quieren, por simplemente llevar nuestro teléfono encima saben por dónde nos movemos. Nada que debiera preocupar a un ciudadano de a pie, pero algo a tener en cuenta por los ladrones.
Vía: Ars Technica.