La empresa aeroespacial de Elon Musk, SpaceX, no será por ahora tan conocida como Tesla Motors y sus coches eléctricos, pero está ayudando en gran medida a la NASA en sus misiones espaciales. Hasta ahora estaba operando misiones no tripuladas de suministros hacia la Estación Espacial Internacional, y finalmente va a encargar a SpaceX la primera misión tripulada.
Se va a realizar en el Crew Dragon que la compañía enseñara en octubre, aunque Boeing operará otro vuelo tripulado en su CST-100 Starliner después de alcanzar un acuerdo el pasado mayo. La compañía que lance primero su nave dependerá del proceso de fabricación, ensamblado y certificación de la nave en sí, y se espera que tenga lugar el lanzamiento a finales de 2017.
La NASA ha puesto su mirada en compañías externas para poder reducir los costes del operación de misiones tanto tripuladas como de transporte de mercancías, así como aumentar el número de pasajeros que se pueden enviar en un solo viaje. La fecha de la misión está en el aire de no conseguir durante 2016 la financiación gubernamental necesaria para pagar a Boeing y SpaceX, con lo que seguiría teniendo que confiar en la agencia espacial rusa para llegar a la EEI.