Las autoridades de San Francisco han decidido regular la actividad económica que llevan a cabo los conductores de Uber y Lyft. Por este motivo han emprendido una campaña de notificación a los más de 37.000 conductores de ambas compañías para indicarles que habrán de solicitar una licencia comercial.
Según la carta enviada, la necesidad de solicitar una licencia al ayuntamiento se aplica a quienes trabajen en la ciudad durante siete días o más a lo largo de un año. La razón dada por la ciudad para solicitar a los conductores a que soliciten esta licencia es que, si sus compañías no les reconocen como empleados, entonces son autónomos que operan su propio negocio.
Ambas compañías tienen varias causas pendientes en los juzgados relativas al estatus laboral de los conductores. En ellas estos últimos demandan que deberían ser considerados empleados por cuenta ajena, con los beneficios que ello reporta. La decisión del ayuntamiento de San Francisco puede verse como un espaldarazo a las compañías, aunque también puede leerse en clave regulatoria e, incluso, recaudatoria. La licencia más baja comienza a partir de los 91 dólares, lo que reportaría más de 3,5 millones a las arcas municipales.
Vía: PC World.