Samsung no ha tenido demasiado éxito en los últimos años en el sector de los portátiles, con una huida de Europa en 2014 debido a las bajas ventas que tenían sus equipos, pero ahora quiere reentrar en otro sector que tenía abandonado. Como ahora todo lo relacionado con los videojuegos permite vender más —o eso hacen creer—, Samsung ha presentado la gama Odyssey con la que quiere conquistar el corazón del jugón.
Tendrá modelos con pantalla mate de 15.6 y 17.3 pulgadas 1080p, con un brillo en torno a los 300 nits, hechos en plástico con un curioso sistema de refrigeración HexaFlow en la parte inferior y con un grosor de 28.2 a 37.7 mm y 2.5 a 3.8 kg, batería de 43 WHr o 93 WHr según el modelo sea de 15.6 o 17.3 pulgadas. El diseño está orientado a que sea fácil de reparar y de actualizar, con espacio para dos o cuatro módulos de memoria 2400 MHz, uno o dos SSD y uno o dos discos de 2.5 pulgadas.
Se puede configurar con hasta 64 GB de DDR4-2400, con procesador Core i7-7700HQ, y 512 GB de SSD y 2 TB de disco duro. Incluye dos o cuatro puertos USB 3.0, un USB 3.0 tipo C, HDMI, Ethernet y lector de tarjetas SD, con un teclado retroiluminado RGB en el modelo de 17.3 pulgadas. El modelo de 15.6 pulgadas estará disponible con una GTX 1050 de 2 o 4 GB de VRAM, aunque Samsung no ha indicado las opciones de tarjeta gráfica para el de 17.3 pulgadas.
Todos los equipos se venderán con Windows 10, y de momento no tiene fecha de lanzamiento, aunque su precio partirá de los 1200 dólares.
Vía: Tech Spot.