El sector de las tarjetas gráficas para juegos está en un momento complicado debido a que la mayoría de los modelos de 200 euros para arriba están agotados o al doble de su precio normal. Ver una RX 570 de 4 GB por 340 euros en vez de los 180 euros que debería costar es normal, y hay tiendas que venden incluso las RX Vega de AMD a más de 1000 euros. El llamamiento que hizo el director ejecutivo de Nvidia, Jen-Hsun Huang, a que se primara las ventas a los jugadores no ha servido de mucho, como era obvio.
El problema es que las compañías, legalmente, solo pueden establecer el precio de venta al público recomendado (PVPR) para orientar a distribuidores y tiendas del precio que deberían tener sus productos. El precio de venta al público (PVP), el precio que se paga realmente por el producto, está afectado por la oferta y la demanda, y en este caso poco pueden hacer AMD y Nvidia para atajar la falta de existencias de tarjetas gráficas más allá de aumentar la producción de sus unidades de procesamiento gráfico (GPU), los chips que son el cerebro de las tarjetas gráficas.
Otro problema adicional es que Nvidia y AMD solo diseñan esos chips, son lo que se llama productores de chips sin fundiciones, y la producción real es subcontratada a alguna empresa como Samsung Foundries, TSMC, GlobalFoundries o similar. Desde que toman la decisión de pedir un aumento de producción hasta que es aceptado por la fundición dentro de sus propios planes de producción pueden pasar meses, más otro par de meses para que empiecen a salir de las fundiciones y puedan ser empaquetados. Es el problema al que también se enfrentó Nintendo para aumentar la producción de la Switch —las GPU de Nvidia—.
Este tipo de problemas es complejo porque los tiempos de reacción de las compañías son muy largos, de al menos seis meses. Como hiciera AMD, Jen-Hsun Huang ha indicado que «estamos trabajando duro para que lleguen las GPU al mercado para todos los jugadores y estamos haciendo todo lo posible para avisar a las tiendas y fabricantes de sistemas que les vendan sobre todo a ellos». Como he dicho antes, legalmente poco más pueden hacer Nvidia o AMD en el terreno de los precios.
«La demanda es muy alta y es muy probable que la demanda siga siendo alta en este trimestre. Por tanto, seguimos trabajando en aumentar el suministro. Tenemos nuestros proveedores que son los mejores fabricantes del mundo de semiconductores y están respondiendo positivamente, por lo que estoy muy agradecido por todo lo que están haciendo. Podemos hacer frente a esa alta demanda, por lo que es estupendo». También ha añadido que «nuestra producción está al máximo. Obviamente, producimos diez veces más GPU que nuestra competencia [AMD]».
Por otro lado, la vicepresidenta de asuntos económicos, Colette Kress, ha indicado que «la criptominería ha supuesto un porcentaje mayor de ingresos en este trimestre [T4 2017] que en el anterior», lo que ha llevado al récord de ingresos de Nvidia. En este caso, el aumento de producción podría significar simplemente que están produciendo ya las GPU de su nueva serie, supuestamente llamada Ampère, y que llegará en abril según los últimos rumores. Eso significaría que Nvidia podría mantener los chips Pascal en producción para crear productos más orientados a la criptominería, o simplemente cambiar íntegramente toda la producción a los nuevos chips. Por ahora toca esperar a ver qué presenta Nvidia, cuándo, y con qué volumen de producción para saber si la falta de existencias de tarjetas gráficas de gama alta va a seguir así en los próximos meses.
Vía: Hot Hardware.