LG tiene que llamar mucho la atención con su nuevo teléfono insignia, el G7 ThinQ, o le va a ocurrir lo mismo que en los últimos años: no venderá ni la mitad de lo que espera. De momento ha recurrido a su blog surcoreano para dar más detalles del teléfono, centrándose en la calidad de su pantalla. El panel que usará será de tipo OLED, con muesca en la parte superior, y va a tener un tamaño de 6.1 pulgadas con una resolución de 3120 × 1440 píxeles, que es un punto en el que mejora al resto de pantallas de este tipo.
Además, tendrá realmente un brillo máximo de 1000 nits, a usarse para el contenido de alto rango dinámico (HDR), frente a los 500 o 600 nits de pantallas HDR en otros teléfonos. Por si fuera poco, LG asegura que tiene un consumo un 30 % inferior al de la pantalla del G6. LG y su eterna lucha con la autonomía de sus teléfonos.
La calidad de la imagen estará garantizada cubriendo el 100 % de la gama de color DCI-P3, aunque también se podrán usarse otros espacios de color en función de los gustos del usuario. Eso incluye un modo de ajuste manual de los parámetros de color RGB de manera individual, así como de la temperatura de color a través de un deslizador. A nivel de software, la muesca superior se podrá dejar fuera de la pantalla principal haciendo que muestre solo la información de hora, estado de batería y conexión celular.