Xiaomi ha presentado una nueva phablet en un nuevo intento por acaparar la atención hacia sus teléfonos. Creo que lo consigue, como ha venido demostrando durante todo 2017. El Mi 6X cuenta con un diseño iphonero de aluminio y que hace un mejor aprovechamiento del frontal con la inclusión de una pantalla de 5.99 pulgadas con resolución de 1080 × 2160 píxeles con contraste estático 1500:1.
Dispone de un procesador Snapdragon 660 de ocho núcleos Kryo 260 repartidos en dos clústeres de cuatro, funcionando a 2.2 y 1.8 GHz. La unidad gráfica es una Adreno 512, y lo acompaña con 4 o 6 GB de RAM de tipo LPDDR4X, así como 64 o 128 GB de almacenamiento eMMC 5.1. La batería incluida es de 3000 mAh, con carga de 10 W a través de un puerto USB tipo C.
Dispone también de lector de tarjetas micro-SD de hasta 256 GB compartida con una segunda SIM, Bluetooth 5.0, y wifi 802.11ac. La cámara dual trasera tiene sensores de 12 y 20 Mpx con apertura ƒ/1.75, siendo uno un IMX486 y el otro un IMX376 de Sony. La secundaria es para mejorar la calidad de fotos, sobre todo en oscuridad. Puede grabar hasta a 4K y 30 FPS, así como a cámara lenta a 720p y 120 fotogramas por segundo. La cámara frontal es de 20 Mpx con mismo sensor IMX376.
El Mi 6X parte de los 1599 yuanes —206 euros al cambio directo sin impuestos— por el modelo de 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento. Estará disponible en colores negro, rojo, azul, dorado y rosa.