Desde hace unos años se vienen sucediendo las demandas contra Uber, Lyft y otras empresas de la llamada economía colaborativa, con el propósito de que se les reconozca que son lo que se llama falsos autónomos. De esta forma, los demandantes conseguirían los beneficios pertinentes como empleados regulares de estas empresas, dejando de ser considerados contratistas independientes si el tribunal les da la razón.
Recientemente, el Tribunal Supremo de California ha dictado sentencia en el caso Dynamex contra el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles, cuyas repercusiones en la economía colaborativa podrían sentirse en breve. Dynamex es una empresa de mensajería y entrega de paquetería que fue demandada en 2005 por un autónomo que trabajaba con ellos, ya que consideraba que la empresa había violado varias leyes estatales, incluyendo la infracción de leyes laborales, al clasificarle como un autónomo. Lo más interesante es que, hasta 2004, Dynamex tenía contratados en plantilla a todos sus repartidores, haciendo dicho año que estos se tuvieran que hacer autónomos.
El tribunal ha considerado que el que las empresas puedan clasificar a sus trabajadores como autónomos puede suponer, en algunos casos, una ventaja competitiva injusta para con aquellas empresas para quienes estos trabajadores son asalariados. De hecho, la sentencia establece las condiciones que permitirían a una empresa considerar como autónomos a los trabajadores. Estas son:
(A) que el trabajador esté libre del control y la dirección de la empresa que le contrata en relación con la ejecución del trabajo, tanto bajo el contrato para el desempeño del mismo como que, de hecho, (B) el trabajador realice un trabajo que está fuera del curso usual de contratación del negocio de la empresa contratante, y (C) que el trabajador esté de forma habitual e independiente ejerciendo un oficio, ocupación o actividad, pues de lo contrario el trabajador debería considerarse como un empleado y a la empresa que contrata sus servicios su empleador
En base a esto, Uber, Lyft y otras compañías de la economía colaborativa lo van a tener difícil para justificar que sus trabajadores son autónomos y no asalariados, con lo cual a partir de ahora sus costes se incrementarán al tener que pagar salarios mínimos y beneficios sociales. Además, aún hay demandas pendientes de resolución del tribunal que se pueden ver afectadas por esta sentencia. El futuro para estas compañías comienza a empañarse.
Vía: Ars Technia, Lexology.