Esta es una de esas noticias que tengo que escribir porque se han visto en otros medios y me gusta comentarlas. Por alguna razón una de las notas al pie de la presentación de AMD de la semana pasada, referida al aumento de las instrucciones por ciclos (IPC) en una prueba específica en los EPYC 2, ha pasado de algo que era una lectura bien entendida a otra algo peor entendida. La nota al pie se puede ver en la publicación al respecto de AMD.
En ella dice que «el aumento estimado del IPC está basado en las pruebas internas de Zen 2 a través de microcomparativas, midiendo un IPC de 4.53 en DKERN+RSA comparado con la generación anterior Zen 1 (medida en un IPC de 3.5 para DKERN+RSA) utilizando pruebas de coma flotante y enteros». Es una prueba de encriptación, que poco tiene que ver con otros usos del procesador.
Traducido al cristiano, en algún tipo de prueba AMD ha conseguido un 29 % más de rendimiento en los EPYC 2, que deja plasmado simplemente como «IPC». Ese término podría mencionarse en cualquier otro contexto frente a mejoras de rendimiento, pero sin saber exactamente cómo lo ha medido AMD, puede resultar mal interpretado.
Esa mejora del 29 % viene a suplir las diferencias de rendimiento en cargas de trabajo de encriptación debido al sistema de memoria no uniforme (NUMA) que usan los EPYC 1. La mejora de rendimiento real es difícil de conocer sin que indique esa misma medida para otros procesadores, como los Xeon de Intel. Por tanto, lo que dice ahí AMD es que en encriptación la arquitectura Zen 2 mejora sustancialmente frente a la Zen, y poco más.