Los dos fabricantes mayoritarios de unidades de procesamiento gráfico han sufrido en sus cuentas de resultados el crac del sector de la criptominería. Pero AMD lo ha conseguido tapar detrás de unas más que excelentes ventas de los procesadores Ryzen —y de hecho ha subido sus ingresos en el cuarto trimestre de 2018—, pero Nvidia no tiene un segundo sector potente en el que tenga presencia. Por eso los resultados del cuarto trimestre de 2018 ha sido catastrófico, disminuyendo sus ventas un 24 % respecto al mismo periodo de 2017.
Los ingresos fueron de 2205 millones de dólares frente a los 2911 M$ del T4 de 2017, bajando el margen bruto del 60.4 % al 54.7 %. Los beneficios fueron de 294 M$ frente a los 1073 M$, lo que supone un colapso del 73 %.
Desglosando los datos por división, los del sector lúdico bajó sus ingresos de los 1739 M$ a los 954 M$, lo que significa que el T4 se vendieron bastante menos tarjetas gráficas, probablemente poco más de la mitad, y a un precio medio inferior —el margen bruto ha sido menor, que es el precio al que compra los chips y al que los vende—.
Se ha visto claramente un desinterés por la serie GeForce RTX 20, las GeForce GTX 10 se vendieron bastante más baratas, y el sector PC en general ha sufrido una recesión en el cuarto trimestre de 2018. Una combinación letal que Nvidia lo tiene bien merecido al apostar por la criptominería, lo que resultó en un inflamiento durante un año de los precios de sus tarjetas gráficas. Al final, se ha quedado, tirando de refranero, en lo comido por lo servido.
Nvidia ha tenido algunas notas positivas en sus resultados. Los ingresos de visualización profesional ha mejorado sus ingresos un 15 % hasta los 293 M$, mientras que el de centros de datos han mejorado un 50 %, llegando a los 679 M$. Las ventas al sector automovilístico también mejorando un 23 % hasta los 163 M$, y los ingresos por patentes se redujo un 24 % hasta los 116 M$.
Vía: Nvidia.