Valve lleva tiempo años jugando con la idea de convertirse en una empresa de hardware, o al menos crear alguno que realmente cale hondo en el mercado. Sin embargo, por ahora no lo ha conseguido, como tampoco está consiguiendo ningún éxito en el terreno de los videojuegos —su reciente juego de cartas, Artifact, ha sido un fracaso—. Que intente tener éxito con un producto que va a costar 1079 euros como son las gafas Index va a ser algo a seguir de cerca.
La compañía ha presentado hoy sus gafas de realidad virtual con dicho precio, y en él se incluyen dos mandos y dos estaciones base para realizar el seguimiento del portador de las gafas, o visor como lo llaman. Este visor costará por separado 539 euros, los mandos 299 euros y una estación base costará 159 euros. Un último lote de visor más mandos estará disponible por 799 euros. Todos los productos se pondrán a la venta el 28 de junio.
El visor incluye dos pantallas de 1440 × 1600 píxeles de tipo OLED que pueden funcionar a 80, 90, 120 o 144 Hz, y proporcionan un camppo de visión de 130º, siendo en todos estos aspectos superior a las Vive Pro, y además Valve asegura que reducen al mínimo el efecto ventana. El visor se puede ajustar totalmente para adaptarlo a la cabeza del usuario y que no resulten nada molestas de llevar, lo que incluye la distancia ocular, interpupilar o las posiciones de los altavoces integrados.
También incluye un par de cámaras para realidad aumentada, y un puerto USB 3.0 frontal para expandir las gafas con otros dispositivos. En cuanto al sonido, además de un conector de 3.5 mm para conectarle unos auriculares distintos, el sonido que proporcionan es de alta calidad, con respuesta en frecuencia entre los 40 y 24 000 Hz, con una impedancia de 6 Ω, e incluye una disposición de micrófonos para grabar audio.
Utiliza un DisplayPort 1.2 y un USB 3.0 como cables de conexión, aunque venderá adaptadores de estos dos a un conector USB tipo C para tarjetas gráficas con VirtualLink o Thunderbolt 3. Los mandos de Index pueden detectar el número de dedos que están sujetando el mando para poder mostrarlo por pantalla de manera natural a través de 87 sensores repartidos en su superficie, si bien requiere que se recalibre para cada usuario y que así detecte los dedos correctamente.
Vía: Ars Technica.