Gigabyte ha presentado en la Computex 2019 una nueva unidad de estado sólido que este año solo se podrá usar en los procesadores Ryzen 3000 de sobremesa. Es la SSD Aorus NVMe Gen4, que utiliza una interfaz PCIe 4.0 ×4, lo que le proporciona un mayor ancho de banda para alcanzar velocidades superiores. Utiliza memoria NAND 3D de Toshiba, y específicamente unos BiCS4, que son chips de tipo TLC de 96 capas, y usa un protocolo de comunicación NVMe 1.3.
Estará en formato M.2 2280 en capacidades de 500 GB, 1 TB y 2 TB, y dispone de un amplio disipador que lo recubre para mantener las temperaturas a raya —que va a ser la tónica general de estos modelos PCIe 4.0—. Ese disipador recorre solo uno de los lados de la SSD, y está hecho de una treintena de aletas con un diseño que mejora a convección.
La velocidad máxima secuencial que alcanza esta SSD es de 5000 MB/s de lectura y hasta los 4400 MB/s de escritura. Actualmente las mejores SSD de tipo PCIe 3.0 alcanzan sobre los 3200 MB/s, por lo que es una mejora sustancial, aunque no se indica la más importante velocidad de lectura y escritura aleatoria de archivos pequeños. El controlador es un PS5016-E16, que aporta corrección de errores mejorado y otras características habituales como protección ante pérdida de datos, caché y sistema de búfer.