Intel lleva un tiempo desarrollando un nuevo estándar de alimentación para las placas base que sea más moderno y que elimine varios de los problemas que presenta actualmente el modelo de alimentación con un cable ATX de veinticuatro pines también desarrollado por Intel. Ese nuevo estándar es el ATX12VO, y llega la primera placa base con él, la Z490 Phantom Gaming 4SR de ASRock.
La placa base en sí no es nada del otro mundo, si bien es bastante buena con chipset Z490 para la 10.ª generación Core de sobremesa. Incluye wifi, Bluetooth, varios USB 3.0 y 3.1 traseros e incluye un conector Thunderbolt 3 en la propia placa base para una tarjeta que dote de esta conectividad. Lo interesante, obviamente, es ese sistema de alimentación ATX12VO.
La esencia de este estándar es que las fuentes de alimentación solo se tengan que preocupar de entregar una señal estable de 12 V a la placa base, por lo que la conversión a 3.3 V y 5 V se hace en ellas. Se gana en eficiencia energética y estabilidad de la señal, aunque se complique —no demasiado— la circuitería de la placa base. Esa ganancia de eficiencia es necesaria porque en 2021 entran en vigor nuevas leyes en California y otros estados en lo referente al funcionamiento con baja carga.
La entrega de energía se hace mediante un conector de diez pines que reemplaza al de veinticuatro pines actual cuya eficiencia en los distintos canales es muy baja, del 50-60 %, cuando la carga en ellos es baja. En un equipo para ofimática, poner una fuente de 400 W o 500 W cuando el consumo del equipo en un momento dado puede ser de 50 W significa que de la pared está extrayendo cerca de 100 W. Si se multiplican esos 50 W de más por cientos de millones de hogares en todo el mundo es mucha energía desperdiciada.
Al hacer que la fuente solo tenga que convertir la corriente de entrada a 12 V se consigue que la eficiencia en baja carga suba a más del 75 % con lo que se podría ahorrar una gran cantidad de energía en todo el mundo. Este estándar también tiene la ventaja de que simplifica la circuitería de la fuente de alimentación y por tanto reduce el coste de las mismas. Pero como he dicho, se precisa de incluir ese circuitería extra en la placa base, requiriendo espacio y aumentando su coste, aunque en menor medida. La ventaja para los fabricantes de placas base es que puede controlar perfectamente los voltajes de todos los componentes y la estabilidad de la señal depende de ellos y no de un elemento externo como es la fuente de alimentación.
Si miráis la imagen de cabecera en ella se puede ver el conector de diez pines de alimentación para los 12 V, el cual entrega hasta 288 W a la placa base en sí y a las ranuras PCIe. Si se quiere alimentación adicional —por ejemplo para tener un par de tarjetas gráficas de 200 W de consumo y varias SSD— se puede implementar otro de seis pines, indicado como ATXPWR2 al lado del anterior, y entrega otros 288 W. Si se quiere usar bastantes dispositivos SATA se tendrán que usar los otros dos conectores de cuatro pines de la imagen. Para el procesador se mantiene el conector PCIe de ocho pines tradicional en la placa base.
Vía: AnandTech.