El actual director ejecutivo de Intel lleva poco tiempo en el cargo pero ha tomado las riendas de una manera tenaz y con ganas de no quitarle gravedad a los problemas que atraviesa la compañía. Bob Swan le ha dejado una compañía con cuentas saneadas y con unos planes de expansión de producción adecuados, pero Pat Gelsinger sí es ingeniero y tendrá que ocuparse de guiar el desarrollo de nuevas arquitecturas, haciendo continuas referencias a que está todo atado y bien atado en ese frente. En donde no lo está tanto es en la sobredemanda actual de chips, lo cual está provocando un desabastecimiento y vuelve a insistir en que se podría llegar hasta 2023 con esa situación.
Ha incidido en el hecho de que Intel ha prácticamente duplicado su producción de chips en los últimos cuatro años, pero que está llegando a acuerdos de producción con terceros para cubrir la demanda. Nada nuevo por este frente, porque las negociaciones con TSMC para producir chips son ya bien conocidas.
También ha venido a decir que la industria de los semiconductores debe tomar las riendas de la recuperación económica global y eso implica que no se deje de ampliar la producción de ningún chip. Ya sean los chips en sí para wifi y otros, sustratos para crear las placas sobre los que se montan, paneles de monitores o cualquier otro. Ha indicado que la propia Intel ha tomado las medidas para aumentar la producción de sustratos en su instalación de Vietnam lo que ha permitido mejorar la producción de procesadores de 2021 en varios millones de unidades.
La actual escasez de chips está en parte fomentada por el hecho de que se ha alcanzado al desabastecimiento de lo que dice Gelsinger, tanto sustratos como obleas y otras materias primas y productos intermedios, lo que impide en este trimestre aumentar la producción de chips hasta que no se aumente la producción de materias primas y productos intermedios para su fabricación.
Vía: TechPowerUp.