Taiwán es el centro neurálgico de la producción de chips en el mundo, quizás no tanto por cantidad sino por el tipo que produce, y un año más ha tenido un gran crecimiento en su exportación de chips. Según el ministro de Finanzas del país, las exportaciones aumentaron un 18.4 % durante 2022, con lo que sigue una racha de crecimiento de seis años consecutivos, los tres últimos con una cifra de aumento de doble dígito.

Ese es el principal motivo por el que los países occidentales quieren dejar de depender tanto de Taiwán, atrayendo a TSMC y otras empresas más pequeñas a sus territorios para que produzcan chips con litografías avanzadas lejos de la complicada región. La presión de China por recuperar su isla rebelde y las ganas de EUA de que no la recupere. País norteamericano que tampoco reconoce la autonomía de Taiwán, lo cual es un contrasentido.

Por otro lado, las importaciones de chips procedentes de China descendieron un 15 % hasta los 538 400 millones de unidades en 2022. Los analistas consideran que Taiwán no puede ser sustituida en el medio plazo como el centro neurálgico del mundo de la producción de chips. Sobre todo porque además TSMC acapara más de la mitad de la producción mundial de chips en lo que a fundiciones de chips se refiere —producción de diseños de terceros—.

Vía: TechSpot.