El culebrón de OpenAI, la empresa detrás de la revolucionaria inteligencia artificial generativa ChatGPT, ha llegado a su fin en apenas dos semanas. El consejo de administración despidió a Sam Altman, su director ejecutivo, sin decir el porqué, y su presidente dimitió en protesta. En apenas tres días el 95 % de los empleados dieron un ultimátum para que Altman regresara, mientras Microsoft fichaba a Altman para una división de IA. Pero el consejo se doblegó al ultimátum, por lo que Microsoft se quedaba compuesta y sin IA propia. Aunque al final hay final feliz para todos menos el consejo que dimitió en pleno.
Sam Altman ya es nuevamente el director ejecutivo de la compañía, a la vez que Microsoft tiene miembro propio en el consejo de administración aunque solo como observador, lo cual corrige una anomalía teniendo en cuenta la fuerte inversión que está haciendo Microsoft en OpenAI. No es la situación ideal para Satya Nadella, pero es mejor que la anterior y es adecuada para las intenciones de Microsoft.
También regresa Greg Brockamn como presidente de la compañía, y Mira Murati como directora técnica. En su vuelta a OpenAI, Altman también ha querido ser claro sobre los nuevos miembros del consejo de administración, como por ejemplo el probable conflicto de intereses de que el director de Quora y Poe esté dentro del consejo. Lo asume, y sabe que habrá otros conflictos de intereses a medida que OpenAI crezca. Tienen un plan para tratarlos pero es confidencial.
Vía: EnGadget.