Starlink está siendo una fuente de tiranteces entre Ucrania y SpaceX, la empresa de Elon Musk que lo produce. Ese sistema está permitiendo que Ucrania lleve a cabo bombardeos en territorio ruso y en el de las repúblicas autodeclaradas independientes de Donetsk y Lugansk. Tras un tira y afloja, las parabólicas corrieron a cuenta del Pentágono. Luego hubo tiranteces entre Musk y Zelenski porque Starlink no está activo sobre Crimea, un territorio perteneciente a Rusia desde 1783 pero que los ucranianos reclaman como suyo. Ahora el problema es que Ucrania asegura que, para su disgusto, SpaceX estaría vendiendo a Rusia los Starlink.
Elon Musk ha asegurado que "SpaceX no está vendiendo directa ni indirectamente" los Starlink a Rusia, ni siquiera a través de lo que aseguran algunos medios y funcionarios de Ucrania que sería una empresa de Dubái. Además, ha indicado que ante cualquier reclamación de que se estén usando inapropiadamente por entidades sancionadas, lo investigará y desactivará las parabólicas implicadas como hace siempre con este tipo de reclamaciones.
El problema es que en un mundo globalizado hay muchas formas de hacerse con los Starlink, y siempre en el mercado gris porque no es un producto prohibido, ni en Occidente ni en ningún país del mundo. Es fácil que una empresa los compre legalmente en Japón, los revenda a una empresa de Malasia, esta a otra de Vietnam, y así hasta que llegue a manos de Rusia. Es por lo que las sanciones a Rusia y China no están funcionando: porque Occidente solo supone el 17 % de la población mundial.
Así que, bueno, Starlink puede no estar activo en Rusia, pero lo está en los territorios del conflicto (Crimea, Donetsk y Lugansk), así que Musk puede decir que no se los vende a Rusia, pero es obvio que hay infinidad de maneras para que Rusia se haga con ellos y los use. Entre otros, todo el material militar que está requisando en su avance durante la ofensiva, entre lo que hay unos cuantos Starlink.
Vía: TechSpot.