Los rumores siguen apuntando a que Sony va a anunciar en la segunda mitad del año una «PlayStation 5 Pro», o como se termine llamando a una revisión más profunda de la PS5. La compañía tiene interés en mantener las ventas de la consola, y sería el habitual empujón para mantener viva la generación actual mientras se prepara la siguiente. Los últimos rumores siguen apuntando a lo de siempre: la GPU mejoraría su rendimiento en torno a un 45 % con un cambio a 60 unidades de cómputo o 3840 sombreadores.
Eso son un 66 % más de núcleos en su GPU, a una frecuencia similar, dando una potencia de cómputo de unos 16.7 TFLOPS en lugar de unos 10.3 TFLOPS, así que debería de tener una frecuencia de funcionamiento similar. Pero en lugar de eso, se asegura que tendrá un turbo máximo de 3.85 GHz, lo cual no encaja con el rendimiento indicado. El chip debería de estar fabricado con un proceso litográfico mejor, de 4 nm, frente a los 7 nm del de la PS5, por lo que la consola debería consumir más o menos lo mismo.
Tendría acceso a una solución de superresolución por IA a lo DLSS, aunque no se especifica que vaya a tener núcleos tensoriales. El XeSS de Intel no los necesita, por lo que estaría más en la línea de XeSS que de DLSS. Adicionalmente, habría un fuerte empujón en el rendimiento y calidad del trazado de rayos, ya que dispondría de 60 aceleradores de rayos por sus 60 unidades de cómputo, frente a los 32 de la actual PS5, y podría crear jerarquías de objetos (BVH) de ocho niveles en lugar de cuatro niveles, que se tomaría prestado de RDNA 4. La BVH, jerarquía de delimitadores de volúmenes, lleva un registro de los objetos de cada zona de una imagen para saber a qué objetos puede potencialmente afectar un rayo generado.
Fuente: Insider Gaming. Vía: Videocardz.