Análisis: Acer Swift 14 AI review en español (Snapdragon X Plus)

La arquitectura x86-64 está en ciertos sentidos obsoleta para los usos modernos, aunque en los últimos tiempos tanto Intel como AMD han intentado mejorar sus puntos flojos como es el consumo. Pero Qualcomm, siguiendo los pasos de Apple, ha puesto en circulación procesadores de arquitectura ARM para el sector PC que precisamente reducen el consumo. Para los portátiles es algo ideal, como este Swift 14 AI de Acer, por una mayor autonomía con un mínimo ruido de funcionamiento en el día a día.

Inspección visual y características

Este modelo de ultraportátil Swift 14 AI en aluminio y es relativamente pequeño y suficientemente ligero para el tipo de usuario al que está orientado. Mide 322.6 mm × 225.95 mm × 14.9 mm y pesa 1.25 kg. Incluye una pantalla IPS de 36.8 cm (14.5 in) con resolución QHD+ y con un refresco de 120 Hz. Es una buena pantalla para contenido sRGB, que es el que cubre.

La pantalla tiene pocos marcos, y en la parte superior incluye una cámara de calidad QHD con una tapa de privacidad, junto a un sensor de infrarrojos para el desbloque facial mediante Windows Hello. La pantalla y el diseño discreto del equipo combinan muy bien. La expulsión de aire se hace contra la pantalla, pero no se va a recalentar, y estará muy lejos de poder ser un problema.

El procesador es un Snapdragon X Plus de Qualcomm de diez núcleos junto a una iGPU Adreno X1 de 3.8 TFLOPS de potencia. Es un procesador que solo se puede ver lastrado por los programas que no funcionen en la emulación x86 de la versión ARM de Windows 11 con que llega preinstalado. Tiene también una NPU de 45 TOPS, que es de muy bajo consumo. Por eso es parte de la iniciativa Copilot+ de Microsoft, pero que por lo demás su uso va a ser transparente para el usuario, como lo lleva siendo desde hace una década las NPU de los procesadores de móviles.

El diseño del equipo es sencillo pero bueno, favorecido por su carcasa de aluminio. En la tapa solo está el logo de Acer. La tapa se puede abrir con una sola mano sin ningún tipo de problema. La parte trasera se levanta ligeramente de la superficie para favorecer la entrada de aire por debajo.

Por el tamaño del equipo, el panel táctil es relativamente pequeño en comparación con el teclado. Es de calidad normal pero preciso, aunque la sensación física de los clics no sea la mejor, que además hace que el panel táctil descienda en torno a un milímetro y da una sensación rara, pero normal en este tipo de paneles táctiles. Llegará el día en que consigan copiar el de los MacBook Pro, que es el mejor, y con diferencia.

El teclado incluye los habituales interruptores de tijera de buena sensación de tecleo, y este terreno está más que bien cubierto. Está retroiluminado en color blanco, aunque de manera bastante discreta. Aunque no alcanza un brillo muy alto, es más que suficiente cuando hay poca luz ambiente. El botón de arranque dobla función como lector de huellas dactilares, rápido y efectivo.

En cuanto a los puertos y conexiones, en el lateral izquierdo hay dos USB 4 y un USB 3.0. En el derecho hay un USB 3.0 y una toma de audio de 3.5 mm. Y eso es todo. Se podría echar en falta un lector de tarjetas SD o un HDMI. La carga de la batería de 75 Wh de este equipo se puede hacer por cualquiera de los dos puertos USB 4, que además dan señal de vídeo. Si se tiene un monitor con USB-C, será una estupenda base para este portátil.

Rendimiento del procesador

El procesador incluido es un Snapdragon X Plus de Qualcomm, y específicamente el X1P-64-100. El tema de la nomenclatura la tiene que trabajar un poco más. Es un procesador de arquitectura ARM con una parte de CPU de diez núcleos Oryon que pueden funcionar hasta a 3.4 GHz, sin multihilo simultáneo. Es un procesador que está fabricado a 4 nm por TSMC.

Es un procesador de bajo consumo, 45 W o menos en carga completa, por lo que no necesita ninguna gran refrigeración para mantenerlo a unas temperaturas manejables. Eso teniendo en cuenta la unidad gráfica integrada que tiene, una Adreno X1, aunque hablaré de ella en el siguiente apartado.

A pesar de ser una arquitectura distinta, la versión de Windows 11 que usa está hecha para procesadores ARM, y puede ejecutar cualquier aplicación x86 mediante una traducción automática del sistema operativo. El problema fundamental es que esa traducción requiere bastante procesamiento, por lo que al final este Snapdragon X Plus tiene bastante más rendimiento en los programas compilados para ARM que en los compilados para x86, siempre que hagan un uso intenso de procesador o funcionen a ráfagas. En aplicaciones normales no suele haber problema.

Eso afecta al rendimiento de la mayoría de las pruebas siguientes, salvo Cinebench 2024 que he usado la versión para ARM. En esa se ve que tiene un gran rendimiento, sobre la mitad de un 14900HX, pero que teniendo en cuenta la diferencia de núcleos e hilos de ejecución es excelente.

Cinebench R23

Cinebench 2024

AIDA64

7-ZIP

Corona 10

Blender 4.2

Rendimiento gráfico

Este procesador lleva una unidad gráfica integrada de tipo Adreno X1, que es un modelo bastante interesante aunque se ve lastrada por la parte de CPU. Es plenamente compatible con DirectX 11/12 y Vulkan, así que los juegos por este lado no van a necesitar traducción de primitivas por lo que no supondrán una carga adicional para la CPU. El problema es que aun así no todos los juegos ni programas gráficos funcionan con esta iGPU.

Esta unidad gráfica está compuesta de 1536 sombreadores ya que se trata del modelo Adreno X1-85, pero con el turbo algo inferior, por lo que tiene una potencia de cómputo de 3.8 TFLOPS en lugar de los 4.6 TFLOPS de la incluida en los mejores Snapdragon X. Más o menos funciona a un turbo de 1250 MHz en lugar de 1500 MHz. El ancho de banda de memoria es de solo 135 GB/s, que para una GPU es bajo, aunque es decente para la potencia que tiene esta iGPU.

El rendimiento en los juegos que no estén compilados para ARM dependerá de lo mucho o poco que tiren de procesador. Además, pueden tardar mucho en cargar partidas dependiendo de lo que tengan que hacer con los sombreadores. Las instrucciones x86 hay que traducirlas a ARM y eso es trabajo de CPU, por lo que a mayor carga de CPU del juego más porcentaje del tiempo hay que dedicar a traducirlas. Las primitivas de la GPU no hay que traducirlas porque son de DX12, y la Adreno X1 es totalmente compatible con DX12. Por ese lado no hay pérdida de rendimiento.

Así que en un juego poco exigente de CPU como es Horizon Zero Dawn el rendimiento puede acercarse al de una Radeon 680M/780M de un procesador configurado a 35 W, mientras que en otro que lo es bastante más como es Cyberpunk 2077 el rendimiento se ve bastante perjudicado. Se beneficiará mucho en juegos de FSR en 'rendimiento' a FHD, pasando en Cyberpunk 2077 de los 23 f/s a los 37 f/s —un 60 % más—, y en la comedida pantalla de este equipo hará que se vea bastante bien a pesar de partir de imágenes 720p.

A continuación recojo otros juegos que he probado con esta iGPU. El objetivo es jugarlos a FHD al menos a 30 f/s, activando el escalado de imagen si es necesario.

Pantalla

La pantalla del equipo es de tipo IPS, con una diagonal de 36.8 cm (14.5 in), una resolución de 2560 × 1600 píxeles (16:10), y con un refresco de 120 Hz. El brillo máximo no es muy alto, sobre los 350 nits, y cuenta con un acabado en mate con el que no dará problemas de reflejos en exteriores. No reproduce en HDR. Para hacer algunas mediciones he usado un ColorChecker Display Plus y algunos programas como DisplayCal, calibrado a unos 160 nits.

El panel cubre el 99 % de la escala de color sRGB con un volumen del 104 %, que es la principal a usar con esta pantalla porque solo se queda en el 71.5 % de la ADobe RGB y el 74 % de la DCI-P3. En general los colores, en sRGB, se ven perfectamente porque está bien calibrada de fábrica. Calibrarla mejora la precisión del color, por lo que se puede agradecer si se tiene un calibrador a mano. El contraste estático se sitúa sobre 1200:1.

La pantalla me ha gustado bastante, aunque no sea excelente porque el equipo es relativamente barato. Pero al menos no es un elemento en el que Acer haya recortado. Para contenido multimedia, web, o trabajo relacionado, es una buena pantalla, capaz de reproducir colores vibrantes. Si hubiera cubierto bien la DCI-P3 habría sido estupenda para editar vídeo, pero no es la orientación que tiene el equipo, sino más generalista.

Está acompañada por unos buenos altavoces estéreo, con una buena potencia máxima, sin distorsiones, aunque, como es habitual en este tipo de altavoces, tiene problemas para reproducir los subgraves más profundos. Pero en general la música suena bien, y para ver vídeos y escuchar música están bastante bien, aunque no tengan nada de especial.

Almacenamiento

La SSD incluida en este equipo es de tipo PCIe 4.0 ×4, de alto rendimiento. En CrystalDiskMark 8 alcanza una velocidad máxima de 6376/5741 MB/s de lectura/escritural secuencial, y 900/693 MB/s de aleatoria, con el peor caso siendo de 95/247 MB/s. Son valores buenos para el tipo de equipo que es, y la SSD será buena para cualquier tarea. La ranura M.2 se ubica bajo una cinta que conecta dos placas de circuito impreso dentro del portátil, por lo que habrá que tener cuidado para reemplazarla.

Autonomía

La batería de este portátil es de 75 Wh (6430 mAh), que da para mucho teniendo en cuenta que el procesador gestiona muy bien el consumo en cada momento y que además en carga máxima consumo sobre los 40 W sostenidos. El cargador incluido es de 65 W con un USB tipo C, de pequeño tamaño, aunque los hay mucho más pequeños y prácticos en este formato. De hecho no lo he usado en todo el análisis porque siempre tengo un cargador USB-C de 100 W en el enchufe.

Para las tareas cotidianas como navegar, ver vídeos o escribir textos la autonomía es sensacional. Reproducir una película de dos horas desde internet no consumirá más de un 15 % de la batería. Dejando un vídeo de YouTube reproduciéndose continuamente, con alguna cosa más en segundo plano, lleva la autonomía a unas diecisiete horas a un brillo sobre los 200 nits.

En tareas que exijan mucho de procesador… bueno, la autonomía no es tan buena. En este caso los 75 Wh de batería pueden volar en dos a tres horas según lo que se esté haciendo. Nada nuevo. Pero con lo que hay que quedarse es que la autonomía en el día a día, en cosas como navegar o ver vídeos, es de las más altas del sector gracias al procesador Snapdragon X Plus que incluye.

Temperaturas, consumo y ruido

El interior de este equipo tiene un diseño normal, con una refrigeración de dos ventilador y un caloducto de cobre, que es suficiente para mantener las temperaturas a raya y el ruido bajo. Para el consumo hay tres opciones en el programa Sense de Acer: 'silencioso', 'equilibrado' y 'rendimiento'. Las pruebas anteriores las he hecho en el de mayor potencia.

El equipo tiene un consumo realmente bajo en carga completa en tareas de CPU, unos 45 W sostenidos, con algún pico que puede llegar a 65 W en ciertas situaciones. Así ocurre en la prueba de diez minutos de Cinebench R23, en la que en el perfil 'rendimiento' la CPU está a 87 ºC, con un ruido del equipo inferior a 43 dB por lo que no es nada molesto. En el 'normal' está a 72 ºC y el ruido cae a menos de 35 dB con 39 W sostenidos.

En el 'silencioso' la situación es mucho más variable: la temperatura es de 60 ºC y el ruido cae a los 31 dB, con un consumo de unos 22 W, aunque el turbo oportunista puede llevarlo puntualmente a los 60 W, la temperatura a los 75 ºC, sin modificar el ruido. El modo silencioso es muy volátil porque también tiene caídas de consumo a los 15 W.

Mirando al rendimiento proporcionado por cada modo, no hay mucha diferencia entre el silencioso y el equilibrado, por lo que para el día a día me inclinaría más a usar el silencioso, porque prácticamente no activa el ventilador. El modo de rendimiento lo dejaría para cuando realmente hubiera que usar el equipo en carga completa, ya sea jugando o con tareas más profesionales.

En el día a día el equipo es totalmente silencioso en los dos primeros modos se haga lo que se haga: navegar, ver vídeos, escribir. Incluso en el 'rendimiento' también lo es porque el procesador gestiona muy bien su frecuencia. El consumo del equipo, medido en el enchufe, en estas tareas cotidianas suele variar entre los 10 W y los 15 W, teniendo en cuenta que la pantalla está a unos 200 nits, por lo que es un consumo especialmente bajo y es su gran baza de cara a la alta autonomía que tiene. Y eso que todas las pruebas las he hecho en el perfil de rendimiento normal.

En cuanto a los juegos, la diferencia de rendimiento es menor entre el 'equilibrado' y el 'rendimiento', de apenas un 10 %, así que

Por último, en la zona del teclado se acumula bastante calor cuando el equipo está en carga completa: sobre los 38 ºC en la zona WASD y los 42 ºC en las teclas de función F1-F5. El equipo se puede usar sin problemas, pero se notará el calor. Ciertas partes de la zona inferior pueden alcanzar los 48 ºC, lo cual evita que se pueda usar en el regazo cuando el equipo esté en carga completa.

Conclusión

Los procesadores Snapdragon X son una buena adición al sector del PC para los equipos en los que un bajo consumo sea importante, ya sean portátiles o mini-PC. Para las tareas cotidianas son procesadores muy potentes, a los que no se les puede poner pega, y también servirán para cargas profesionales aunque aquí será preferible que sean programas compilados para ARM o perderán muchísimo rendimiento.

La parte de la GPU es un poco más difusa. Sería similar a una Radeon 780M en los juegos que no tiren mucho de CPU, como Horizon Zero Dawn, pero en otros puede ser una GPU mucho peor. Además está el tema de la compatibilidad, porque no todos los juegos funcionan correctamente.

Así que el procesador dota al Swift 14 AI de una gran autonomía, que es su aspecto más positivo. Como ultraportátil, tiene un diseño bueno, fino y ligero, con una pantalla estupenda para cualquier tarea, incluidas profesionales. El teclado y el panel táctil acompañan bien, y el sistema de refrigeración también, así que es un equipo que normalmente no va a hacer ruido.