La presentación en febrero de la PlayStation 4 fue... bueno, presentar una consola sin presentarla. Nadie conocía entonces el diseño, ni siquiera el presidente de la compañía, y eso fue un punto muy criticado. No hay sido hasta ayer en la conferencia de Sony en el E3 que se han decidido a dar más datos sobre la consola y a, finalmente, mostrar su diseño.
Como decía un amigo, está claro que el diseño no es fuerte de las consolas de nueva generación. Tenemos por un lado un aparato de música de alta fidelidad de los 80 (Xbox One) y algo por determinar (PlayStation 4) que podéis ver en la imagen del encabezado. Así que básicamente la beneficiada es la menospreciada Wii U, que al menos es estéticamente bonita, aunque no haya tenido un buen comienzo.
El precio que tendrá la PS4 es de 399 euros (399 dólares, 349 libras), y saldrá en las próximas navidades. Si no sale antes del Black Friday americano (el penúltimo viernes de noviembre que da inicio a la temporada de compras navideñas), puede resultar en un desastre de ventas para Sony en EE.UU, que a la postre es un bastión de Microsoft y su Xbox.
El precio, eso sí, engaña un poco: no incluye la cámara, mientras que Xbox One sí que incluye Kinect en los 499 dólares. Esa cámara tendrá un precio de 59 euros, y si no le sacan suficiente provecho, igual ni siquiera es interesante su compra para la mayoría de usuarios, por lo que de momento los 100 euros de diferencia son un claro elemento competitivo.
Para los consoleros: Sony ha dejado claro que no impondrá restricciones en la venta de juegos usados (va a plantearle un problema en el futuro si Xbox One tiene éxito), y además no hay requisitos de disponer de una conexión a Internet. Es precisamente esto lo que más se ha destacado de la E3, por encima de la buena cantidad de juegos con buena pinta que han presentado además del apoyo total a los desarrolladores de juegos indie.