Comenté esta semana que la beta de Destiny había sido un éxito rotundo. Tanto que han debido de amortizar ya más de la mitad de los costes de desarrollo del juego puesto que para probarla había que comprar ya el juego. Con 4,6 millones de jugadores abriéndose paso por la beta, ya les ha salido bastante rentable.
Destiny va a ser el juego del año, y si no al tiempo. El único defecto: sólo está disponible para consolas. Aunque la verdad es que después de haberlo jugado, le pasa como a Halo: es un juego de mando y consola sentado en el sofá para disfrutarlo al máximo.