Que Diablo III, lanzado en 2012, no fue el juego prometido por Blizzard durante su desarrollo es un hecho incontestable, y por eso los fanes de la saga esperan que Diablo IV vuelva a la senda de lo que debería ser un título de la franquicia. Pero hay un par de aspectos del juego que fueron superpolémicos y de los que ha hablado Jay Wilson, el ex jefe de diseño del juego, durante la Retro Gaming Expo de Portland. Específicamente, la casa de subastas y el requisito de no poder jugar sin conexión a internet.
Sobre lo segundo, era por un motivo de seguridad. La duplicación de objetos y otros chanchullos que se hacían en Diablo II estaban a la orden del día, por lo que la economía del juego se resintió poderosamente. Conocí a gente que se dedicaba a recolectar objetos para luego venderlos a otros jugadores en los cibercafés.
En cuanto a la casa de subastas, estaba diseñada para evitar que los jugadores fueran timados, no para que la compañía hiciera dinero. Lo cual estaba estrechamente relacionado con el problema de tener que estar siempre conectado a internet. Wilson ha dicho que no estaban autorizados a decir que era por temas de seguridad para no animar a los jáqueres a que piratearan los sistemas de la compañía.
La intención de los desarrolladores, con Wilson a la cabeza, era la de acabar con ambas características tras las primeras quejas, pero el departamento legal lo evitó. La casa de subastas fue uno de los elementos que aparecían predominantemente en la caja del juego, y si lo retiraban temían que hubiera una demanda colectiva por publicidad engañosa. Lo que hicieron en su lugar es lidiar durante un tiempo prudencial, dos años hasta 2014, con la casa de subastas, aunque solo tras una discusión con el departamento legal consiguieron quitarlo, esperando que nadie les demandara.
Vía: TechSpot.