Steam tenía un método para compartir los juegos entre usuarios un poco particular. Te tocaba autenticarte en el equipo del otro usuario para autorizar la compartición de tu biblioteca con el otro usuario en ese equipo. Un poco coñazo porque además si estabas usando tu biblioteca en tu propio PC el otro usuario no podía jugar a ningún título de ella en su PC. Eso ha cambiado con la salida de la beta de los grupos familiares de Steam porque simplifica la compartición de cuentas… siempre que se viva en la misma casa.

Ahora solo hay que crear un grupo familiar, añadir miembros, y decidir qué se comparte y qué no. Algunos juegos no se pueden compartir de esta forma por decisión expresa de las desarrolladoras. La ventaja de los grupos familiares es que varios miembros de la familia pueden estar jugando a títulos de la misma biblioteca, aunque no pueden jugar al mismo juego a la vez, salvo que haya copias repetidas en el resto de bibliotecas de Steam de los miembros de la familia.

Se puede consultar más información sobre esta característica en la web de Steam, pero tampoco hay mucho más importante que añadir. Hay controles parentales, o gestión de solicitudes de compras por parte de los menores, y poco más.