Durante la entrega de los óscars del domingo, la anfitriona del evento, Ellen DeGeneres, utilizó un Galaxy Note 3 para tomarse una selfie en mitad del escenario y luego otra con más miembros de su gremio. Todo espontáneo, según Samsung, cuyos directivos han quedado tan encantados que van a donar 3 millones de dólares repartidos entre dos organizaciones benéficas elegidas por DeGeneres.
Obviamente la publicidad de un evento como los Óscar, del cual era patrocinador, es impagable si ocurre algo como lo de ayer. En EE.UU llevan todo el día hablando de ello, y en la mitad del mundo se ha comentado el hecho de que ese selfie de DeGeneres y otros actores ha sido el tuit más retuiteado de la historia de la red de microblogging. También ayuda a publicitarse que mencionen tu marca cerca de 5.000 veces durante el espectáculo.
Pero a lo que no se ha dado tanta publicidad es que Ellen DeGeneres utilizaba su iPhone para tomarse las selfies y otras fotos entre bastidores. Algo parecido a lo que les ha ocurrido a otros personajes pagados para publicitar productos de ciertas compañías, como Alicia Keys y BlackBerry (pillada tuiteando desde un iPhone siendo su directora creativa) o a Oprah elogiando a la tableta Surface desde un iPad.
La verdad es que no se hasta qué punto será efectiva esta publicidad, pero esas selfies también se pueden volver en contra de Samsung. Nokia ha aprovechado para destacarlo en su cuenta de Twitter. Razón no les falta, aunque todavía no están acostumbrados a haber perdido en 2012 el título de compañía que fabrica más teléfonos (tanto inteligentes como no inteligentes) del planeta, que ahora es Samsung.
