La popularidad de Star Trek sigue siendo grande, más de cincuenta años después de que la Serie Original fuera emitida por primera vez en televisión. En este tiempo, ya sea en películas o series de televisión, casi todas las directrices establecidas para los guionistas de las mismas por Gene Rodenberry se han respetado, prácticamente a rajatabla. No obstante, una de las más importantes va dejar de ser aplicada, en aras de poder contar mejores historias.
Según la visión de Rodenberry, en un futuro utópico, en el que no existen problemas de guerras, dinero o discriminación, que los personajes protagonistas tuvieran problemas entre ellos o no los resolvieran rápidamente era algo que le resultaba inconcebible. Por ello, los guionistas no han podido escribir guiones en el que los protagonistas fueran malvados o crueles, a menos que estuviesen controlados por fuerzas externas.
Esta situación era algo que muchos guionistas han denunciado a lo largo de los años. Así pues, para la nueva serie han decidido abandonar los clásicos aspectos tan utópicos y educados en las relaciones interpersonales en favor de algo un poco más realista. De Rodenberry seguirán quedándose con cómo encuentran los personajes soluciones a sus conflictos y trabajan juntos a pesar de los problemas que tengan entre ellos.
Tal vez esta nueva dirección no sea del agrado de todos los aficionados, y puede que no termine de cuajar en la gran pantalla. Una de las características clave de la franquicia es que incluso en los momentos en los que todo parece perdido, siempre hay cabida al optimismo, ya sea en los peores momentos de la guerra contra el Dominio o en el año en el infierno de la Voyager. Para saber si funciona, habrá que esperar al estreno de la serie.
Vía: Ars Technica.