Parece que ha pasado una eternidad, pero el primer Angry Birds vio la luz en diciembre de 2009 para iOS. Desde entonces ha conseguido, gracias a su sencillez y divertidos gráficos, colarse en prácticamente todas las plataformas, incluido el navegador Chrome y Windows 8. No hace falta que nos digan que es realmente adictivo.
Pero por si había alguna duda, la startup Kytephone, dedicada a proporcionar controles parentales en Android, ha comprobado que Angry Birds Star Wars es el más jugado por los niños, seguido por otros juegos de Rovio. Entre ellos estarían Angry Birds, Bag Piggies y Angry Birds Seasons.
No es que el estudio sea muy grande: 13.000 niños de 8 a 14 años repartidos en 70 países. Aunque aseguran que no hay diferencias de uso entre las distintas regiones. Según los datos, los niños pasan un 51 por ciento más de tiempo jugando Angry Birds Star Wars que la versión clásica, y un 197 por ciento más que en Angry Birds Space.
Bad Piggies también está entre los que más horas dedican: 1.12 horas por terminal de media, seguido por 0.8 de Angry Birds Star Wars y 0.27 de Angry Birds clásico. Esto son medias, así que en unos móviles no lo jugarán nunca y en otros se pueden pasar horas y horas jugando, como solemos hacer cuando nos engancha un juego.
Otros juegos que también atrapan a los niños delante del móvil son MineCraft, Temple Run o Logo Quiz. Buenos juegos que dejan claro que, cuando se tiene una buena idea para uno y se sabe explotar, aseguran el éxito entre toda la población, tanto adultos como jóvenes. Porque, ¿quién no tiene un Angry Birds instalado en alguna parte o el MineCraft? Poca gente, estoy seguro.
Vía TechCrunch.