Con todo lo que se está hablando últimamente de la introducción de Apple en el sector de la "ropa inteligente" (wearable computing) por definirla en español de algún modo, la contratación del antiguo director ejecutivo de Yves Saint Laurent, Paul Deneve, no hace más que acrecentar las especulaciones de los analistas y el público en general.
En los próximos meses no me extrañaría ver que el iWatch se haga finalmente una realidad (como comentaba ayer), y siempre he dicho que el factor principal para el éxito de los relojes inteligentes (y de la ropa inteligente en general) es que debe adecuarse a los gustos personales de cada uno. Por mucho que Apple presentara un iWatch, siendo un elemento cada vez más en desuso, si no gustara su diseño a los que lo tuvieran que llevar, pocos iban a vender. Y lo mismo le ocurriría a Google, Sony y cualquier otro del sector de la ropa inteligente.
El término wearable computing no hace solo referencia a la ropa, sino a las computadoras que se pueden integrar en cualquier elemento que podamos llevar encima, incluidas joyas, lentillas o hasta uñas postizas. Apple ha generado una buena cantidad de patentes en este sector, desde zapatillas de deporte hasta sensores que se pueden incluir en guantes para hacer de controladores de juegos de lucha.
Paul Deneve, que entra a la compañía como Vicepresidente de Proyectos Especiales, tendría que dar su consejo para que la ropa inteligente de Apple siga manteniendo la estética simplista y actual a la que está acostumbrada a dar la compañía en sus productos. Deneve ya estuvo en la compañía trabajando como director de ventas en Apple Europe entre 1990 y 1997, y recientemente anunció que abandonaba YSL para aceptar una oportunidad en la industria de alta tecnología.