Un trimestre más los analistas están poniendo en común los resultados financieros de los fabricantes de smartphones y siguen siendo bastante claros: sólo Samsung y Apple obtienen beneficios de la venta de sus dispositivos. ¿Los demás? Números rojos o beneficios cero.
Es cuanto menos curioso el panorama tecnológico actual basado en la supervivencia de las empresas intentando lanzar al mercado el teléfono más revolucionario o la tableta de mejores prestaciones. Pero como se están dando cuenta la mayoría de los fabricantes, no pueden competir en la gama alta de los dispositivos con los dos grandes inversores en I+D+i del mundo como son Samsung y Apple.
El éxito de ambas compañías se centra en algo bastante básico: reducción de costes. Samsung lo consigue fabricándose todos los componentes de sus aparatos electrónicos, desde las pantallas hasta los procesadores. La táctica de Apple es ligeramente distinta: negociar duramente con los proveedores para asegurarse los mejores precios de componentes, alquilando las fábricas para adaptarlas a los métodos de producción necesarios de sus productos.
Por eso no es raro que el margen de beneficios de Apple sea del 33 por ciento para el último trimestre (porque también vende directamente al consumidor en sus Apple Stores), y el de Samsung llegue hasta el 19 por ciento. Las demás compañías sufren un margen de beneficios de entre el 1% y el -2%. Números rojos, vamos. Y son compañías que también se fabrican en parte sus propios componentes (como las pantallas de Sony y LG), pero no llegan a conectar con el consumidor o no invierten tanto en marketing como las dos grandes.
¿Pueden seguir las compañías manteniendo el ritmo alocado de lanzamiento de smartphones? Creo que ya estamos comprobando que no. Durante 2012 el mercado se inundó de nuevos terminales de todas las empresas, queriendo arrancar parte del pastel al iPhone y la gama Galaxy S, y este año la dura realidad les ha dicho que mejor se olviden. En este 2013 la cosa está bastante más parada, y aunque la selección de terminales es buena (HTC One, iPhone 5, Xperia Z, Galaxy S4, Optimus G Pro, Lumia 920), no se están sacando tantos como en años anteriores.
Pero lejos de tirar la toalla, han puesto más bien la mirada en la gama media para intentar penetrar en los mercados emergentes como India y China en el que podrían tener éxito con teléfonos más baratos pero que les dejen un poco más de margen en la venta de sus productos, supliendo un precio elevado pero pocas ventas con un precio más reducido pero un volumen de ventas mayor.
La competencia en los próximos meses vendrá en la gama media, ya que no todo el mundo puede gastarse 700 euros en un Galaxy S4 o un iPhone 5. Y ahora que los smartphones se han hecho con el 50 por ciento de cuota de ventas de teléfonos, ya no son cosa de unos pocos. Los smartphones de verdad, no esos subproductos de hace dos años que te los intentaban hacer pasar por smartphone con un hardware que dejaba mucho que desear. Pero también hace dos años un smartphone Android de gama media llevaba un procesador de un solo núcleo y entre 256 y 512 MB de RAM. Los de ahora llevan procesadores de dos o cuatro núcleos y 1 o 2GB de RAM, y la diferencia es enorme (léase Nexus 4 o Moto X).
Por eso podéis esperar nuevos terminales de aquí a final de año con buena relación hardware/precio para afrontar la fuerte demanda de smartphones que hay actualmente. Pero en la gama media, no en la gama alta, que es la que les está dando problemas a la mayoría de fabricantes. Y es que actualmente no se puede competir con Samsung y Apple.