El mundo de los buscadores de Internet fuera de EE.UU es bastante plano: existe Google y... bueno, algún otro buscador. Pero Google acapara, si no el 100 por cien, más del 95 por ciento del tráfico de búsquedas en Europa. Algo que desde 2010 lleva enfrentándo a la compañía con la Comisión Europea debido a que consideran podría estar abusando de su posición dominante para dar ventaja a los resultados de sitios que le pagan de los que no, dañando a la competencia y al consumidor.
Se están dando casos en los que los resultados de búsqueda proporcionan sitios en los que los productos que busca un consumidor son más caros que los de otro sitio, y la única diferencia entre ambos es que el que tiene productos más caros paga a Google y el otro no. Creo que a nadie le gusta pagar de más por un producto, y la Comisión Europea se toma muy en serio este tipo de situaciones, a diferencia de en EE.UU. Además, está usando esa posición dominante para dar preferencia en los resultados de búsqueda a sus propios servicios frente a los de la competencia.
Los cambios propuestos por Google en octubre a la Comisión Europea han sido considerados como insuficientes por Joaquín Almunia, Comisario de Competencia, y por lo tanto a Google ya le queda poco tiempo para evitar una sanción económica en Europa que podría ascender a más de 4.000 millones de euros (5.000 millones de dólares).
Vía: The Verge.