LG ha conseguido en el último año llegar a la primera fila de los smartphones gracias en parte al éxito del LG G2. El lanzamiento reciente del G3 le ha situado en el punto de mira de aquellos que quieren la pantalla más grande en el tamaño más compacto posible. Difícil calificar al teléfono como una phablet, pero cada vez la línea que separa smartphone y tableta es más difusa.
La compañía coreana calienta motores para el IFA de Berlín de la próxima semana, y para ir abriendo boca ha presentado el G3 Stylus. Se trata de un nuevo teléfono con pantalla de 5,5 pulgadas pero con una ridículamente baja resolución de 540x960 píxels, lo que da unos mínimos 201 píxels por pulgada. Muy lejos de los 535 ppi del G3.
Teniendo en cuenta que el procesador se trata de un cuatro núcleos a 1,3 GHz, no cuenta con LTE, tiene 1GB de RAM y 8GB de almacenamiento interno, podemos ubicar tranquilamente a este terminal en la gama baja de las phablets. Además incluye un stylus, elemento diferenciador con el G3, y una cámara de 13 megapíxels (pero como siempre, más megapíxels no implica mejores fotos). Su tamaño es de149.3 x 75.9 x 10.2 mm (frente a los 146.3 x 74.6 x 8.9 mm del G3) por lo que es ligeramente más grande y grueso.
En el apartado de software, incluirá la interfaz del G3, que es la que va a utilizar a partir de ahora la compañía en todos sus terminales. También incluye las aplicaciones y características ya habituales, como Knock Code, Gesture Shot o Dual Windows (pero con esta resolución de pantalla tan pequeña no sé si será bueno usar dos aplicaciones a la vez). Sobre el precio, LG ya anunciado que será "excepcional", y más vale que lo sea por las características de hardware con que cuenta el terminal.
Pero me temo que esta táctica de sacar teléfonos ultra descafeinados con el nombre de su buque insignia es de todos conocida. Con el tirón del G3, LG pretende vender como churros sus teléfonos por bajas características que tengan. El problema es que a corto plazo se puede hacer un flaco favor si los que se compran un G3 Stylus pensando que irá como el buque insignia ("¿no comparten nombre al fin y al cabo? Será bueno") descubren que no es lo que pensaban. Algo que ocurría con Samsung y que puede ocurrir con LG. ¿Entre coreanos anda el juego?
