Comienza a ser habitual en los Macs de gama baja que la memoria RAM de los equipos esté soldada a la placa. En el caso de la renovación del Mac mini presentada el jueves, esto también se le aplica, por lo que los usuarios no podrán mejorar posteriormente el equipo. De ahí quizás en parte la bajada de más de 100 euros del modelo más barato, y que ahora comienza en 499 euros.
Como ocurría con el iMac presentado en el verano, el único problema que le veo es que habrá que pagar 100 euros más por obtener los 8GB de RAM, con lo que se pondría en el precio anterior (que eran 600 euros con 4GB). Puesto que venía con 2 módulos de 2GB, cambiarlo a 8GB por nosotros mismos tendría un coste de 80 euros (2 módulos de 4GB), por lo que en la práctica es una diferencia de 20 euros más.
Soldar la memoria a la placa es una mera forma de reducir costes de producción que no afecta al consumidor salvo por que tendrá que planificar por adelantado, en el modelo básico de 500 euros, si quiere 8GB de RAM o no. Es lo recomendable, la verdad, pero el Mac mini es un producto única y exclusivamente para trabajar, y que viene bien a desarrolladores de iOS. El resto de modelos cuenta con un mínimo de 8GB de RAM.
Lo que ha desaparecido es la opción de incluir un procesador i7 de cuatro núcleos (8 hilos) que venía en la versión "servidor" de Mac mini. La versión más potente de procesador que se puede incluir ahora en el Mac Mini es un Core i7-4578U de doble núcleo, que está en torno al 70% de la potencia del Mac mini más potente de la anterior hornada, aunque eso sí, consume un 40% menos. No es que el Mac mini esté pensado para trabajo pesado, pero se habría agradecido también una gráfica dedicada y una opción de mayor potencia de procesamiento. Más allá de la versión básica con 8GB de RAM, el resto no parece merecer la pena la inversión.
Vía: SlashGear.