Los teléfonos de gama alta se espera que tengan un gran diseño y que cuenten con los mejores materiales, pero en la mayoría de las ocasiones eso significa que van a ser muy difíciles de reparar. El HTC One M9 construido en aluminio ha sido desmontado por iFixit y le han dado una nota de reparabilidad de 2 sobre 10, siendo extremadamente difícil de reparar sin pasar por el servicio técnico oficial.
Esto hace que no debería de extrañarnos que no tenga batería extraíble por el usuario, algo que con las cada vez más comunes baterías externas tampoco debería ser a día de hoy un problema. Las baterías de Li-Ion y Li-Po duran un par de años antes de que su desgaste empiece a ser evidente (salvo que los recarguemos dos veces al día por que les demos un uso realmente alto). Y pasados dos años, la mayoría de usuarios preferirán cambiar de teléfono.
El desmontaje muestra algunos detalles feos de su diseño, como el motor de vibración soldado a la placa. El almacenamiento interno está producido por Samsung, un chip de control de corriente de Qualcomm, un chip Wi-Fi 802.11 ac de Broadcom, memoria DDR4 de Samsung, y una batería de 10,87 Whr (el HTC One M7 incluía una de 8,74 Whr). La autonomía del HTC One M9 es inferior al One M8, pero el resto del hardware ha mejorado.