Desde principios de año han aparecido estudios que apuntan a que el mercado de los teléfonos inteligentes ha madurado. Su crecimiento interanual durante el segundo trimestre del año ha pasado a ser del 13,5% frente a cerca del 30% de crecimiento entre 2013 y 2014.
iOS ha pasado a tener una cuota de ventas del 14,6% con respecto al 12,2% del mismo periodo de 2014, y Android ha descendido del 83,8% al 82,2%. Pese a mejorar el número de unidades vendidas, Windows Phone pasa de un 2,8% de cuota de ventas a un 2,5%. BlackBerry y el resto de sistemas operativos pierdes un 0,5 puntos porcentuales de cuota.
En el trimestre el mayor vendedor fue Samsung, con el 21,9% de la cuota de ventas, seguido por Apple con el 14,6%, Huawei con el 7,8%, Lenovo con el 5% y Xiaomi con el 4,9%.
Un sector que empieza a desacelerar su crecimiento
El principal causante de que las ventas de smartphones hayan comenzado a desacelerarse son un estancamiento de las ventas de China, que por población y volumen de ventas es uno de los mercado más importantes. Además el mercado chino está actualmente saturado, por lo que no se prevé que haya espacio para que salga de esta situación en el futuro cercano.
Que un sector reciente madure tiene varias y severas repercursiones en las empresas que están inmersas en él. Por un lado que la competencia pasa a ser mayor, lo que va en detrimento de aquellas empresas que no han ajustado o que no pueden ajustar sus costes de producción.
Grandes empresas como Sony, LG o Samsung saldrán muy mal paradas (más todavía) si no se ajustan a la realidad actual, y otras como Xiaomi, Huawei o Meizu saldrán bien paradas al mantener una mejor relación calidad-precio, que es lo que pasa a buscar más el consumidor ante un mercado con demasiada oferta de teléfonos.
Por otro lado, la madurez del sector hará que las empresas tengan que ser mucho más competitivas y presentar teléfonos más innovadores para no verse engullidos en una amplia oferta de teléfonos inteligentes chinos que hacen plenamente su función.
Vía: The Verge.